miércoles. 17.04.2024

Por eso, tenemos que actuar desde varios frentes para evitar males mayores, tal y como nos recomiendan desde el centro veterinario Animalicos, de Valdepeñas.

En primer lugar, hay que tener cuidado con las quemaduras solares, ya que la radiación soclar actúa como un irritante en la piel de los animales. La lesión puede ir, dependiendo de la exposición, desde un leve enrojecimiento hasta un tumor o neoplasia.

Las zonas con menos protección ante las quemaduras suelen ser la cabeza, el puente nasal y las orejas. Y es que la muda libra al animal del pelo espeso del invierno y el pelo fino que queda ofrece poca protección.

Para ello, lo mejor que podemos hacer es prevenir siguiendo algunos consejos, como evitar la exposición directa al sol, sobre todo entre las 11:00 y las 15:00 horas; no rasurar en exceso a los animales, dejando un centímetro de pelo, lo que ayudará a protegerles la piel; si la piel está rasurada tras una cirugía, para curar una herida o por accidente, hay que proteger la zona del sol poniéndole una camiseta fina de diseño específico; y también podemos utilizar filtros solares especiales para mascotas.

Además, en el caso de los animales blancos o con orejas y puente nasal blanco, es conveniente evitar que se expongan directamente a los rayos solares sobre todo en las horas centrales del día.

Y hay que tener en cuenta qué razas son las más propensas a desarrollar tumores malignos en la piel. En el caso de los perros las más afectadas son el Bull Terrier y el Dálmata, mientras que en los gatos, hay que proteger especialmente a los de pelaje blanco y a los de raza Sphynx.

Otitis

La otitis es otro de los grandes problemas de los perros y gatos en verano. Y es que el 16% de las otitis externas en el perro se producen en verano y el 21,3% se producen por cuerpos extraños, como semillas, espigas y otros materiales, aunque también son causadas por un exceso de humedad.

En el caso de las producidas por cuerpos extraños, éstos producen violentas sacudidas de la cabeza y suelen afectar a un solo oído. Es peligroso porque puede derivar en una lesión más grave en el oído.

Y luego está la otitis producida por exceso de humedad, que se da con más frecuencia en climas húmedos, en perros nadadores y si no se secan bien las orejas tras el baño.

Espigas

En verano disponemos de más tiempo libre para pasear a nuestro perro y la climatología favorable también invita a ello. Pero también en verano es cuando el campo se llena de espigas, por la sequía del clima, y eso puede ser un peligro para nuestra mascota.

Por la forma que tienen las espigas, cuando se introducen en un tejido, tienden a migrar a través de él, creando una fístula a su paso. Su avance no se detiene y lo normal es que quede retenida en alguna parte del organismo.

Por eso, después del paseo es importante revisar los espacios interdigitales, las orejas y la nariz. En la cavida nasal ocasiona estornudos violentos y continuados e, incluso, hemorragias.

Además, también pueden introducirse en los ojos, causando úlceras corneales o conjuntivitis.

Lo mejor, en definitiva, es evitar las zonas de paseo donde pueda haber espigas. Y si el animal sale sin supervisión y regresa con espigas, debemos eliminarlas manualmente, con mucho esmero, revisando con especial atención los espacios interdigitales, axilas y cavidad nasal.

Jugar de forma segura

Cuando juguemos con nuestro perro o gato, tenemos que tomar una serie de precauciones para que puedan jugar de forma segura.

Así, debemos seleccionar una pelota de un tamaño adecuado a la boca de nuestro perro o gato, de manera que la pueda coger con los dientes sin peligro de que se la trague, y que sea de un manterial que no se despedace.

No debemos lanzar la pelota apuntando a la cabeza de nuestro perro, ya que si la lanzamos con mucha fuerza y el perro salta y la coge directamente con la boca, se la puede tragar o quedársele encajada en la garganta.

También debemos evitar rebotar la pelota en el suelo para que la reciba el animal, así como evitar jugar con palos, ya que las astillas se las puede tragar o quedársele encajadas entre los dientes. Tampoco es bueno jugar con piedras, ya que causan problemas dentales y se pueden tragar y alojarse en cualquier lugar del aparato digestivo.

En definitiva, lo mejor es utilizar juguetes diseñados específicamente para perros y así evitar riesgos innecesarios.

Insectos, anfibios y serpientes

Por último, en verano también se han de extremar las precauciones ante posibles picaduras de abejas, avispas, abejorros, hormigas y pulgas, o el contacto con orugas como la procesionaria del pino. También hemos de tener cuidado con las mordeduras de serpiente y con el contacto con sapos.

Los peligros del verano en perros y gatos