viernes. 29.03.2024

Tras una supernova u otro cataclismo similar, una gran nube de gas y polvo comienza a expandirse durante millones de años. Debido a la acreción gravitatoria, en esta “sopa” o nube, se generan pequeños “grumos” que en el futuro pasaran a ser protoestrellas. Más adelante, cuando estas estrellas aumentan de tamaño y masa, dentro de sus núcleos se forman unos hornos nucleares donde el hidrógeno, helio y otros elementos son consumidos a lo largo de la vida de esas estrellas. Alrededor de estos cuerpos celestes restos de la nube de gas sigue su con expansión, pero esta vez provocada por los vientos solares de estas estrellas en plena formación. Y de nuevo a la acreción gravitatoria y a la colisión constante de muchos pequeños cuerpos rocosos, nacen en ese anillo planetario los incipientes planetas, cometas y asteroides.

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anillo planetario

En el transcurso de millones de años, tras colisiones, destrucción y reconstrucción de estos planetas, el sistema planetario comienza a estabilizarse y tras la violencia inicial, pasa a un periodo de tranquilidad aparente. Los planetas que antes eran grandes bolas de rocas y materiales incandescentes, ahora ya son estructuras sólidas, más frías e incluso como sucedió en la Tierra y Marte, y gracias  al continuo bombardeo de cometas y cuerpos portadores de agua, estos dos planetas eran portadores de océanos.

Y ahora nos subiremos a nuestra nave y la primera parada será la estación del Astro Rey, el Sol. Si lo comparamos con muchas de las estrellas que podemos contemplar en las noches despejadas, no es precisamente ni muy grande, ni muy masiva, y ni siquiera tiene la suerte o desgracia de poseer una estrella que le acompañe como en otros casos  de nuestra galaxia y el resto del Universo donde los sistemas estelares  binarios o incluso de más estrellas es un  fenómeno bastante común. Pero que queréis que os diga, es nuestro Sol, fuente de calor y vida de nuestro planeta.

sol

Tras una breve visita a nuestra estrella, pasamos al primer planeta. Mercurio posee el record extremo de temperatura del Sistema Solar. Muy posiblemente debido a una gran colisión en los orígenes de la formación planetaria, o como algunos piensan, debido a la influencia gravitatoria del Sol, la rotación de este planeta es muy lenta. Tal es esta lentitud que los días y las noches duran meses terrestres. Durante el día, y debido a la proximidad del Sol, casi 58 millones de kilómetros, es normal alcanzar temperaturas de 450º. En cambio, en los fondos de los cráteres en la zona de noche, las temperaturas pueden alcanzar los -170º. ¡Más de 500º de diferencia en un planeta!

Podríamos comentar también de Mercurio que ha sufrido mucho a lo largo de estos 4500 millones de años de formación planetaria. Hasta el punto que lo que hoy en día podemos contemplar que es un cuerpo rocoso con un gran número de impactos de cuerpos exteriores. Una alta concentración  de hierro nos sugiere que se trata de un núcleo de un planeta mucho mayor que se le desprendió de gran parte de su corteza  y manto debido principalmente a la interacción de los terribles vientos solares. No existen otros datos destacables que puedan considerarse como curioso salvo el reciente descubrimiento de actividad geológica, se pensaba que se trataba de un planeta muerto geológicamente hablando, y que posee una tenue atmósfera que apenas es susceptible de análisis.

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En el siguiente capítulo hablaremos del infierno del Sistema Solar, Venus. También de nuestra Luna y de Marte y sus satélites Fobos y Deimos.

Curiosidades del Sistema Solar