viernes. 29.03.2024
CON LA VIDA POR DELANTE

"Viajeros on the road"

Que la vida ya no es lo que era, ya lo sabemos, pero si a mi abuela le dijesen que tendría que compartir viaje en su coche con un desconocido, a cambio de compartir gastos, diría que para emociones fuertes se depilaba las ingles. Como si la estuviese viendo, ella huía despavorida del pobre autoestopista de pulgar solicitante. “No vaya a ser un delincuente, Julia”, me decía con gravedad, como si la intensidad de su mirada tuviese el poder de convencerme de la crueldad del mundo.

Y es que la abuela Pepa era desconfiada, tanto que si hubiese podido habría instalado una alarma hasta en el cajón de las bragas. Mi padre siempre lo decía, el problema de la abuela es que tenía mucho tiempo para pensar.

El destino, con su habitual gracia, me llevaría a no deshacer por completo ni una sola de mis maletas. El coste de aquella aventura se me antojaba inasumible, compartir viaje y gastos era una opción que me vino llovida del cielo, para condena de la abuela Pepa.

Confieso que la primera vez estaba atacada. Años de aleccionamiento en el mundo de la desconfianza habían hecho mella en mí. La mirada sucia hizo de la experiencia un descontrol de malos pensamientos, al menos en los comienzos. Recuerdo la tensión y las horas acompañadas con la banda sonora de mí móvil vibrando como un loco. La abuela llamando mil veces a lo largo del trayecto no era de mucha ayuda. La imaginaba con una mano cogiendo el teléfono con el que me llamaba y con la otra marcando ya el número de la policía nacional. Prometo que intenté que cambiase de idea. Pero ni mis argumentos ni mi entusiasmo rozaron el blindaje que la cubría.

Cada pasajero o pasajera traía consigo un relato propio que a mí siempre me fascinaba. Con el tiempo llegué a disfrutar con los pequeños detalles. Me convertí en una gran observadora y una oyente insuperable de aventuras ajenas.

¿Qué hace un auxiliar de comunicación de Houston camino de Manzanares?, ¿una enfermera gallega divorciada cambiando radicalmente de vida haciéndose cargo de un restaurante de Málaga?, ¿un joven periodista de Cáceres camino de Madrid en busca de su gran oportunidad?, ¿qué hacía yo dando vueltas por el mundo cruzándome con las estelas de unas vidas de las que involuntariamente ya formaba parte?...

Mi abuela Pepa sigue en sus trece. ¡Julia, te juegas la vida!; frase célebre de mi abuela. Pero bueno, como yo digo siempre, también me la juego cuando voy al restaurante chino que hay en la esquina de mi casa y nadie echa cuentas de eso.

Os contaré un secreto. Desde hace algún tiempo escribo sobre estas experiencias “on the road”. Dejo retratados esos encuentros fugaces en una libreta que llevo a todas partes. Las historias, los detalles, las sensaciones quedan entre las páginas como pinceladas de un lienzo del que todos formamos parte. Un buen día, como no podía ser de otra manera,  con la intención de ser una científica con un experimento entre las manos, puse la libreta al alcance de las manos ávidas y curiosas de la abuela Pepa. Solo era cuestión de tiempo que el poder de atracción hacia lo desconocido la atrapase.

He de decir que ella nunca se bajará de la burra, eso ya me ha quedado claro, pero que VIAJEROS ON THE ROAD es el best seller más leído en casa de la abuela Pepa también os lo digo.

"Viajeros on the road"