La encargada de llevar a cabo esta actividad, Gema Candelas, guía de museos y arqueóloga, ha explicado que este cuadro fue pintado al aire libre con el lienzo en el suelo y que eso permitió que “se pegaran semillas y pajitos que trae el aire dándole una textura especial a la obra”.
Candelas ha señalado que en la obra han quedado trozos pegados de una impronta de una hoja de palmera que el autor pegó al pigmento para posteriormente arrancarla. Por este motivo, la guía de museos y arqueóloga ha ido pasando a todos los asistentes un fósil de un sedimento marino de la Edad Secundaria de su propia colección “muy muy parecido a la impronta de la hoja que han arrancado” para que los allí presentes trabajasen el sentido del tacto y tuvieran “esa sensación de algo orgánico que estuvo y que ya no está”.
“En esta ocasión hemos elegido a Darío Basso porque es un autor muy consagrado. Empezó su trayectoria en el Madrid de los 80 en pleno auge de la vanguardia. Basso trabajó desde el principio el impresionismo abstracto pero con un carácter muy personal y con un cromatismo que ha ido variando a lo largo de su trayectoria. Además, él mismo es el que elabora sus propias pinturas con una gran carga de materiales”, ha añadido.
Por último, Candelas ha afirmado que “esperamos que el año que viene tengamos muchísimas obras jugosas a las que hincarles el diente y a las que ofrecerles nuestros sentidos para disfrutarlas” y ha invitado a todas aquellas personas que lo deseen a participar en la actividad ‘La pieza del mes’ que se celebrará este mes de octubre en el Museo Municipal.
