De esta forma, durante la performance pudimos ver una fusión de distintas disciplinas, desde la música de Compuesto 1080, que animaba el ambiente, hasta grafittis y un pase de peluquería y de moda de vestuario laboral.
Y alrededor de todo el espectáculo, como no podía ser de otra forma, los miembros de Albores fotografiando cada momento, cada detalle y cada gesto.
Además, durante toda la tarde que duró la performance, hasta las 22:00 horas, todo el mundo que quiso fotografiarse para tener un recuerdo de aquel día podían hacerlo solicitándoselo a Albores.
En definitiva, uno de los fines de la actividad también era hacer un homenaje a los antiguos fotógrafos que iban por los pueblos haciendo fotografías de la gente, según explicó Maroto.