viernes. 19.04.2024

Joaquín Brotons, Medalla de las Letras ‘Juan Alcaide’, es un escritor valdepeñero con una gran riqueza cultural y humana de la que hace gala en sus obras y en la vida. Recientemente, ha estado en la UCLM, puesto que protagonizó un encuentro con alumnos y profesores en el Aula de Poesía de la Facultad de Letras, donde habló de su trayectoria poética y leyó algunos de sus poemas, de tal forma que los estudiantes establecieron contacto directo con el autor y se acercaron a su obra, uno de los objetivos con los que nació este Aula.

El valdepeñero Joaquín Brotóns publicó su primer libro, Poemas para los muertos, en 1977. Desde entonces, y hasta la actualidad, ha lanzado al mercado casi una veintena de obras, la última este mismo año, Pasión y vida (Antología 1977-2017). Parte de su obra ha sido traducida al francés por Francoise González-Rousseaux y al griego por Paris Batudis. 

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En Actualidad Valdepeñas, hemos hablado con Brotons, el poeta valdepeñero más adelantado a su tiempo y con mucha historia que contar, para conocer más de cerca su vida y obra.

¿Eras amigo de Francisco Nieva y de Gregorio Prieto?

Si, ellos vivían en Madrid y cuando yo iba a la capital les visitaba. Fíjate que cuando estaba de alcalde Esteban López Vega, me dijo que si yo era amigo de Nieva, podría traerlo a Valdepeñas, a sabiendas que presentó una de mis obras. A raíz de aquello se le hizo un homenaje en Valdepeñas y se le puso el auditorio de la Veracruz a su nombre.

¿Quién es Joaquín Brotons en Valdepeñas?

Mira yo me siento querido por mis paisanos, pero no valorado, y te digo por qué: en la biblioteca de Valdepeñas hay libros míos y en 40 años no los ha leído nadie, y eso se sabe porque cuando tú sacabas un libro te ponían un sello, pues yo he visto que mis libros no lo tienen.

Sin embargo, una cosa que hice como divertimento, fue cuando publiqué la primera edición de un libro guía que era “El vino de Valdepeñas en las tabernas de Madrid” y es el más solicitado. Un libro-guía que escribí porque siempre me han gustado los locales con historia, yo iba a esos sitios cuando estaban la segunda o tercera generación de los dueños y eran tabernas de casas de comida y se vendían vinos de Valdepeñas, ahora se han convertido en restaurantes y, algunos de ellos, sin vinos de Valdepeñas.

De nuestros vinos, tienen el concepto de vino aloque que era el de los años 40 o 50, que era digno y era un clarete, Madrid era uno de los mejores mercados que tenía valdepeñas.

Hablando de vinos, tú por tradición familiar también has sido bodeguero, cómo experto en el mundo del vino, ¿qué pasó con nuestros vinos, que ahora no los encuentras en Madrid?

Pues no se qué pasa pero vas a Madrid y no encuentras un vino de Valdepeñas, te ofrecen de otras denominaciones de origen, nosotros no vendemos igual. El mercado de Madrid se ha perdido totalmente, cuando hasta el cronista de la Villa, Mesoneros Romanos, en el siglo XIX hablaba de nuestros vinos, donde 810 tabernas de Madrid se abastecían del buen “morapio” de Valdepeñas.

En 1.861, a partir del tren del vino, es cuando Valdepeñas crece en este sentido, porque nuestros vinos empiezan a llegar a puertos como Cádiz, Valencia, y a así llegó la exportación que hacían grandes bodegas de aquellos tiempos como: Caravantes, Ruiz de León, López-Tello, Palacios, Tarancón, Vasco, Cornejo, entre otras.

Volvamos a la literatura ¿Cuántos libros tienes escritos?

En total tengo 17 de poesía, incluidas las antologías, y 2 de prosa, una es “El vino de Valdepeñas en las Tabernas de Madrid”, del que se hicieron dos ediciones, y un libro que es una historia de la vida de mi familia, que siempre han sido comerciantes, desde que mi abuelo, que era de Elche (Alicante), visitó a los 18 años Valdepeñas y se quedó asombrado de la vida de esta ciudad. Después, cuando se casó se instaló aquí en 1903, porque vio que Valdepeñas tenía mucho potencial y mucha vida.

Ten en cuenta que Valdepeñas en 1.898, estaba en todo su esplendor con el Modernismo, aquí había dos teatros, seis casinos, cinco cafés cantantes, vamos que le llamaban Las Vegas.

¿Cómo definirías tu obra?

Hay una primera parte, donde incluiríamos, mis tres primeros libros: “Poemas para los muertos”, “Máscaras del desamor” y “Amor, deseo y desencanto”, donde hay una poesía, que según los críticos, es neorromántica.

A partir de ahí, mi obra cambia y ya empiezo a escribir poesía “homoerótica”, influenciado fundamentalmente por el poeta Constantino Kavafis (Alejandría-Egipto), al que conocí a partir de que el catedrático de la Facultad de Letras de Ciudad Real, Luis de Cañigral, me pasó una traducción que hizo de él.  Puedo decir que hay dos poetas fundamentales que me han influido, que son Cernuda y Kavafis.

La Homosexualidad aparece en tu poesía, con fuerza y sentimiento ¿Qué te han dicho sobre esto?

Mira ya en la Generación del 27 había poetas homosexuales, pero el único que se atrevió a escribir poesía homoerótica fue Cernuda, los demás escribían entre líneas y solo su círculo más intimo conocía de su condición homosexual. Ten en cuenta, que entonces era un estigma.

Se les aplicaba la ley de “Vagos y maleantes”, a quienes denunciaban por ser homosexual, y claro todo eso se ocultaba y no se hablaba de ello.´

Yo soy el primero o el primer poeta castellano-manchego que ha hablado abiertamente de poesía homoerótica en su obra.

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Te has codeado con gente muy importante del mundo de la literatura. ¿Quiénes han sido tus críticos?

De mi primer libro “Poemas para los muertos”, el escritor y periodista, José López Martínez, de Tomelloso, le hizo una reseña muy positiva en la “Estafeta Literaria” que era una de las mejores revistas de literatura de España. Me definió como un poeta que se apartaba de los seguidores de Juan Alcaide, que era una legión.

De “Las máscaras del desamor”, Carlos Murciano, premio Nacional de Literatura, me lo presentó en una librería muy conocida de Madrid y lo reseñó en la Estafeta Literaria.

También tuve críticas negativas de algún autor de Ciudad Real, que elogiaba mis libros, pero cuando salió la antología “La desnudez cómplice de los dioses” editado por la Biblioteca de Autores Manchegos me puso a parir. Ten en cuenta, que el mundo de la literatura es un mundo de envidias y rencores que ni te imaginas.

¿Tus poesías son provocadoras?

Eso depende de la mentalidad del lector, nadie medianamente culto se puede escandalizar, aunque aún hay quién sí lo hace. Mira yo he hecho lectura de poemas en ciudades como Madrid o Sevilla, donde la gente se levantaba y se iba.

Pero a cambio tengo críticas muy importantes, que se pueden ver en mi blog, de José Hierro (Premio Cervantes 1998), Pablo García Baena (Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1984 y Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana), Francisco Nieva (Premio Príncipe de Asturias de las Letras 1992), Luis Antonio de Villena (Premio de la Crítica de Madrid 2017), Leopoldo de Luis (Premio Nacional de las Letras Españolas), Vicente Núñez (Premio de la Crítica), Luis García Montero (Premio Nacional de Literatura y Premio de la Crítica), entre otros.

¿Eres poeta de métrica o de verso libre?

Yo soy de verso libre, aunque me gustan muchos los sonetos, como por ejemplo, los que hacía Sagrario Torres, que era única, de las mejores de España. Con ella tuve muy buena relación.

También eras muy amigo del pintor valdepeñero Gregorio Prieto

Sí, yo le visitaba a menudo, éramos muy amigos. Era el mejor pintor de la Generación del 27, y no era dado a regalar nada de su obra, pero yo tengo la suerte de tener obra suya original que me regaló, el resto de las que tengo las compré yo.

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Juan Alcaide es otro poeta reconocido de Valdepeñas, que dista mucho de la poesía que tú haces ¿Qué piensas de él?

Pues que era un poeta notable, pero al quedarse en Valdepeñas su obra no ha tenido la difusión que merecía, como me ha pasado a mí. Aunque bien es cierto, que ahora con internet y las nuevas tecnologías esto ha cambiado mucho, la difusión es mayor y un espacio abierto a que te conozcan.

¿Por qué no hay tantos seguidores en la poesía?

Porque es de minorías y siempre ha tenido pocos seguidores. Mira hay una frase de Vicente Alexandre que dice “la poesía no da ni para merendar”.

Por desgracia, los poetas que se publican son los que ya están muertos, los de la Generación del 27 y son los que se estudian, pero ellos nunca se hicieron ricos con su obra, de hecho muchos vivían de sus familias y murieron así. La paradoja es que ahora sus familias, sí viven de sus obras.

¿Por qué no escribes novela ahora que tienes más tiempo por estar jubilado de tu trabajo?

Porque no soy escritor en ese sentido, ello requiere dedicarse siete u ocho horas diarias para ponerse a escribir y te tiene que llegar la inspiración. Sin embargo, la poesía es un rapto, un momento, una emoción que tú tienes, yo soy un poeta vivencial, de vivencias, y ahora que estoy jubilado y no tengo esas vivencias, no me inspiro para plasmarlas. Mi vida actualmente, es una repetición, no tengo experiencias, y como decía mi entrañable amigo José Hierro “la poesía se escribe cuando quiere ella, no cuando tú quieres”.

¿Qué supuso para ti la Medalla de Oro de las Letras “Juan Alcaide”?

Pues me sorprendió mucho, porque los homenajes a los poetas son después de haber muerto, y en ese sentido yo me siento muy agradecido porque no me la esperaba. Además, fue aprobada por mayoría en el Pleno del Ayuntamiento.

Como bien dicen los críticos y entendidos en la materia, Joaquín Brotons es un gran poeta, de eso no nos cabe la menor duda.  Baste decir, que el escritor, Catedrático de Latín y Doctor por la Universidad de Salamanca, Martín-Miguel Rubio Esteban, escribió, en el diario digital: "El Imparcial", el 18/7/2017: "...Joaquín Brotons, espíritu romántico y dionísiaco, y quizás el más grande poeta manchego del último cuarto del siglo XX”. Pero como persona es un hombre sensible, muy unido a su familia, sobre todo a su madre, que era su gran apoyo, su inspiración y  el  motivo más importante de su vida y por el que se quedó en Valdepeñas, y de la que habla emocionado durante esta entrevista. Cuidó de ella hasta el último momento, junto a sus hermanas Isabel y María Jesús, y fue la inspiración más importante de su vida.

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He hablado con un Joaquín Brotons, humilde, sencillo, divertido, con mucha vida vivida y muchas anécdotas que contar, con mucho amor que dar y recibir, un ser humano sensible con el que he charlado durante horas de todo, incluso de sus secretos más íntimos, pero eso es algo que se quedará guardado en mi “cajita de secretos” para los restos.

Joaquín Brotons: ‘Ahora no escribo porque no tengo vivencias y mi poesía es vivencial’