En noviembre de 2015 presentaste tu cuarto libro, ‘La casa de los Olggent’, ¿por qué deberíamos animarnos a leerlo?
En realidad, el libro salió publicado a principios de noviembre, pero la presentación oficial se hizo en enero. Creo que “La casa de los Olggent” es una historia que, por su argumento cargado de misterio, aventuras e intriga, puede interesar a lectores de todas las edades, aunque esté especialmente dirigido para el público juvenil. Me parece que es un libro de los que enganchan de la primera a la última página y en el que no siempre te esperas lo que va a suceder después.
¿Te inspiras en vivencias o en personas reales a la hora de escribir tus relatos o de perfilar los personajes?
No siempre, aunque sí en la mayoría de ocasiones. Por supuesto que cuando configuro tanto la personalidad como el físico de mis personajes me baso o bien en personas que conozco o en ideales que tengo en mente. Muchos de los personajes tienen además un poquito de mí, e igual sucede con las historias, que pueden surgir a partir de cualquier cosa que me llame la atención o que viva en mi día a día.
¿Cuáles son tus referentes literarios?
Desde hace años siento una especial admiración por Laura Gallego y Rick Riordan por su forma de escribir, pero también me encantan los libros de Javier Ruescas.
¿Cuál ha sido el libro que más te ha marcado y por qué?
Bueno, creo que casi todos los libros que he leído me han dejado alguna huella, pero destacaría la colección de libros de “Kika Superbruja”, que fue la que realmente me enganchó a la lectura cuando era pequeña y también la trilogía de “Memorias de Idhún”, que es la que ha marcado mi adolescencia en muchos sentidos.
¿Tienes algún rincón especial en el que te fluya la imaginación para dar vida a tus personajes?
No, las ideas me pueden llegar en cualquier parte. Pero es en mi habitación donde me siento a escribir y dejo volar la imaginación.
Eres joven, ¿ha sido fácil adentrarse en el mundo de la literatura?
Este mundo nunca es fácil, y más cuando eres tan joven e inexperta. Al principio no era demasiado conocida y me centré en escribir relatos cortos para concursos, algo que todavía hoy sigo haciendo. Pero a partir de la publicación de mi tercer libro, “A la sombra de los melocotoneros”, me di cuenta de que la gente empezaba a querer leer mis historias y les interesaba el hecho de que yo escribiera de esa forma. Han sido muchos los que nunca han entendido mi pasión por la lectura y la escritura, pero afortunadamente ha habido gente que me ha apoyado en este camino.
¿Qué proyectos de futuro tienes en mente?
Por el momento me gustaría publicar otro libro de relatos al estilo de “Relatos de Tentempié”, pero bastante más maduros y donde se observe una evolución de mi estilo como escritora en los últimos años. Si todo sale bien, “Ojalá me leas en invierno” podría salir para principios de otoño. También he empezado ya a escribir “Espada de Plata”, que es la primera parte de una trilogía fantástica en la que tengo puestas muchas expectativas.
Hablemos ahora de tu faceta como ilustradora, ¿cuándo comienzas a dibujar? Pues más o menos al mismo tiempo que cuando empecé a escribir en serio, a los siete u ocho años, ya que mis primeros relatos escritos en cuadernos estaban acompañados de ilustraciones acordes con la historia, aunque bastante rudimentarias.
¿Qué estilo ilustrativo te define y por qué lo eliges?
Me gusta hacer las ilustraciones del interior de mis libros en carboncillo y perfilados con un rotulador fino negro, pero para las portadas y en general prefiero los dibujos a todo color, usando tanto lápices como rotuladores tipo acuarela.
¿Quién es la primera persona en leer tus libros o en ver tus ilustraciones?
Suelen ser mis padres, aunque soy muy reservada en ese aspecto y solo les dejo leer el libro entero y ver todas las ilustraciones una vez se ha publicado y recibo el primer ejemplar.
¿Sus comentarios son muy valiosos para ti?
Claro, porque son los más objetivos. Me dicen lo que les ha gustado más pero también lo que cambiarían. Sus críticas son siempre constructivas.
Por último, me gustaría hacerte una pregunta un tanto diferente. Si pudieras cambiar algo en este mundo a través de tus obras, ¿qué sería?
Creo que cambiaría esa percepción que muchos tienen acerca de la literatura y los jóvenes. A quienes nos interesa escribir muchas veces se nos prejuzga y no encontramos demasiadas oportunidades para demostrar lo que realmente nos gusta. Suele hablarse del conjunto de la juventud con términos despectivos, cuando en realidad hay muchos adolescentes con talento, y no por ello son “bichos raros”.
