Con un palmarés insuperable, Joan Linares tras cinco temporadas jugando en el F.S. Valdepeñas se despedía en la tarde de ayer de su trayectoria como jugador profesional en la que ha conseguido ser campeón del mundo y de Europa. Con más de 600 goles en toda su carrera, Joan es uno de los grandes del fútbol sala. Y así lo despedía su afición: nada más terminar el partido, la afición valdepeñera comenzó a corear su nombre; después, todo el Esperanza Lag –incluida la afición de su rival- se sumó a este gesto con el que jugador no pudo contener las lágrimas.
Éste era sólo el principio de una emotiva despedida en la que la tristeza estaba presente por no poder cumplir su promesa de dejar al equipo en primera división. Joan besaba el palo de la portería, tras ser manteado por sus compañeros de equipo, admirado por toda la afición valdepeñera que, pese a la derrota, no quiso abandonar el estadio. Joan les devolvió el gesto devolviéndole los aplausos a todos los asistentes.
Sus compañeros de equipo, y los jugadores del Elche, despidieron a este elegante jugador –dentro y fuera de la pista- haciéndole pasillo, un gesto que se repetía también con la afición y el resto del equipo a su salida del pabellón.
El pivot catalán de 42 años, comunicaba su retirada del fútbol sala profesional el pasado 10 de abril en Valdepeñas cuando afirmaba que ““nada puede superar la sensación que me invade de llevarme el respeto, el cariño y la admiración de la gente y de los que me quieren. Siempre intenté ser un ejemplo dentro y fuera de la pista, porque para mí, el Fútbol Sala, más que un deporte ha sido y es un modo de vida”.
Gracias Joan, “tu llegada también cambió nuestro rumbo”
Foto: ACP - FS Valdepeñas
