Según Araujo, “es muy difícil en la actualidad el conectarnos a nivel afectivo y a nivel de vínculo con nuestros hijos y la biodanza lo que pretende es pararse a sentir y a dejarse sentir y poder conectarte contigo primero y luego con el resto de personas”.
Es por ello que a través de juegos y ejercicios Araujo ha creado un espacio para que madres e hijos se sintieran y acariciaran porque “a los papás también les viene bien trabajar la búsqueda de ese niño interior para poder reconectarse con sus hijos”.