sábado. 20.04.2024
Las Historias de Kuka

Capítulo XXXVI. Agua

Tiempo de cambiar la hora, llegar tarde a todos los sitios, aunque todo esté tan automatizado que los cambios de hora se hagan solos. Las temperaturas suben, nos aligeramos de ropa, nos ponemos más guapos y los divorcios se disparan. Las aves migran a los nidos debajo de las cornisas de las casas, y los maridos migran también a otras camas.

Tiempo de cambiar la hora, llegar tarde a todos lo sitios, aunque todo este tan automatizado que los cambios de hora se hagan solos.
Las temperaturas suben, nos aligeramos de ropa, nos ponemos más guapos y los divorcios se disparan.
Las aves migran a los nidos debajo de las cornisas de las casas, y los maridos migran también a otras camas.
Y que decir de la adolescencia, hormonas revolucionadas de fiesta en fiesta celebrando la primavera. Que mejor belleza que la juventud.

Kuka: pues no se yo cuando cambiara la estación, a mis macetas le van a salir ranas! No para de llover no veo el sol desde hace un mes.
Gloria: mi piel blanca vampirica! Estoy fatal.
Gloria: a estas alturas ya estaba morena!
Kuka: a ti te gustaría estar momificada como la donatella cargada de medusas por todo el cuerpo y más arrugada que el papel de los churros que te estas comiendo.
Pura: ya llegara la hora de que te quites la ropa y puedas tomar el sol.
Gloria: donde?aquí no hay playa!
Pura: en la terraza, 
Gloria: si para que me vean los vecinos!
Pura: eso es lo interesante....

Carol: ( con música pulseril achatarrada incluida ) que te aflige kuka.
Kuka: la niña que en una fiesta en el parque, aparte de guarrearlo todo con sus amigos, se me ha enamorado de uno con rastas y lleno de pirsing, y como complemento ideal me viene con dos perros incluidos. No contenta con eso me dice que se va a Berlín con el a buscarse la vida! Mi niña!

Gloria: quédate tranquila si no le sale bien podrá meterse en una fábrica a hacer piezas de coches, y dormirá en un bonito apartamento con cincuenta personas más.
Luego cuando venga dirá que esta divinamente, y que allí atan los perros con longaniza.

Carol: Nada de qué preocuparte. Seguro que es un chico de esos que sólo comen lechuga y hamburguesas de trigo. La meterá en una furgoneta con la tabla de surf y recorrerán Europa. Eso sí, a la hora de pagar sacará una bonita American Express de papá. A la niña no le faltará de nada. ¿Qué creías, que esta gente antisistema súper vegetarianos no están avalados por sus padres? ¡La vida bohemia es carísima! Luego, maletín en mano, a trabajar en la empresa familiar.

Kuka: Si no me deja a la niña por el camino...

Gloria: La recoges en casa y le das el amor de una madre compasiva.

Kuka: ¡Dos leches, una a ella y otra a ti! Ya veía yo venir esto. ¡Esta chica siempre en la luna! ¿No me podría haber cantado en el coro de la iglesia, de excursión con las monjitas y apuntarse a alguna caridad, y después allí entre servicio y cucharón de sopa conozca a un buen abogado que me la tenga como una reina?

Pura : ¡Eso es lo que a todas nos gustaría! Pero al final harán lo que ellos quieran, por mucho que digamos o hagamos por ellos. Tienes que admitir que se está haciendo mayor.

Gloria: Es especial, no es una mindundis como yo. Me di cuenta cuando de pequeña le gustaba ir al parque con las muñecas sin cabeza. Metía hojas dentro, y me decía: "Esto algún día será una bonita escultura en arco".

Como las locas a casa sin parar por el taller de Manolo cojo a mi niña y le doy un abrazo.

Kuka: Hija mía, ¡cómo has crecido!

Laurita: Tranquila, madre. Ha pagado con la Visa platino.

Capítulo XXXVI. Agua