jueves. 28.03.2024

La gente con este tipo de discapacidad puede descubrir nuevas vías de excitación y orgasmo, por ejemplo, desarrollando nuevas zonas erógenas alternativas. Y digo desarrollando, y no creando, porque todos tenemos la potencialidad de generar estas “nuevas zonas”.

En cualquier caso, el orgasmo es un fenómeno complejo y difícil de definir, al menos de forma técnica. Es una experiencia muy subjetiva, por lo que no es igual para cada persona. Es difícil, incluso, encontrar elementos comunes en los que estuvieran de acuerdo distintas personas que acaben de vivirlo: se habla de descarga emocional, explosión, final de la excitación,… Al tener tanta variabilidad en su vivencia es un fenómeno proclive a verse enmarañado en el mito y la fantasía; pero no es el objetivo de este artículo.

Tenemos el testimonio de personas que, bien en su juventud como en otras etapas de la vida han sufrido una lesión de la espina dorsal que les impedía de por vida, por ejemplo, la erección que antes encontraban tan satisfactoria. Estas personas, lejos de rendirse y de buscar alternativas, han aprendido a deslocalizar esa zona erógena a la que se suponía no iban a poder acceder por la sección de los nervios, localizándola en una zona en la que sí hay flujo de información, teniendo orgasmos placenteros (si quieren llegar ahí) y teniendo una vida sexual satisfactoria.

Realmente se puede desarrollar una zona erógena en cualquier sitio del cuerpo. Esto en cualquier caso suena apasionante ¿no?. Pues sí: lo es.

Este proceso fué desarrollado para ayudar a gente con daños en la espina dorsal y con parálisis que implican la desaparición de sensación en su zona genital, y/o disfrutar de una activa y saludable vida erótica. Pero ¿Cómo se puede hacer eso? La primera cosa que debes hacer es aprender a traer a tu mente las ideas e imágenes que resultan tan excitantes que, con su mantenimiento, pueden llegar a hacerte alcanzar el orgasmo sin ser tocado. Busca el sitio y postura que te hagan sentir bien, cómodo, tranquilo, cálido, donde no vayas a ser molestado; y empieza a fantasear. Abandona toda idea de culpabilidad o pecado que la sociedad te haya podido transmitir: no te permitas a ti mismo sentirte culpable por lo que estás pensando porque tú vas a fantasear sobre todas las cosas que tú piensas que te excitan, no importa cuáles. Tu pensamiento es libre, es solo tuyo y no afecta a nadie. Lo único  que estás intentando hacer es pensar en ti mismo excitándote hasta llegar al orgasmo. Sí, puede hacerse. Y también se pasa un momento divertido intentándolo.

Lo más interesante de todo esto es que, cuando lo consigas, vas a sentir un diferente tipo de orgasmo. En lugar de una sensación centrada en los genitales, sentirás que el orgasmo fluye por todo tu cuerpo, algo mucho más grande y que está por encima de cualquier otra sensación. Por supuesto que puede que te lleve un tiempo conseguir y mantener esa sensación, pero una vez lo tengas te encontrarás a ti mismo disfrutando y pensando “Estoy pensando en ir y tumbarme para tener un ratito de esos conmigo mismo”.

Después, lo que necesitas es identificar tus zonas erógenas, las zonas de tu cuerpo que quieres que sean tocadas y sí tienen sensibilidad. Llegados a este punto, por supuesto, las personas que tengan daños importantes en la espina dorsal o dificultades para mover las manos, esto es muy difícil. Pero, para la mayoría de la gente, puedes tocar tu cuerpo y, así, encontrar las zonas que quieres que sean tocadas. Después combina las dos, por ejemplo, si te gusta que te toquen la oreja, adelante. Exacto, voy hay tener ideas e imágenes que me excitan, trayendo a mi mente este orgasmo basado en pensamientos, mientras toco las zonas que yo quiero que sean tocadas. Finalmente encontrarás que combinando las dos, habrás creado un punto orgásmico que ya no está en tus genitales.

Está claro que, para la gente que tiene lesiones que significan la “falta de” o “dificultad para el movimiento”, lesiones que implican la desconexión entre cerebro y las sensaciones corporales, la falta de feedback entre la información proveniente de la piel, órganos internos, nervios inferiores de la espina dorsal; esto es un gran truco. Por lo que es fácil deducir que, si entrenas esta habilidad, este tipo de masturbación mental podríamos decir, cuando conoces a alguien es muy fácil compartir ese descubrimiento. Es algo que podéis practicar juntos, es una experiencia para disfrutar. 

Todo esto no es ningún secreto ni un descubrimiento novedoso, se utiliza a escala global en la asistencia  a las personas con daños en la espina dorsal que quieran obtener una completa y satisfactoria vida sexual. Pero creo que podría ser usado por un rango más amplio de gente, por todo el mundo. El uso lo decides tú, incluso a tener la capacidad de tener sexo en público sin que nadie lo sepa.

Alberto Jiménez Ramos
Sexólogo-Psicólogo. Colaborador del Gabinete Vínculos

Pueden enviar sus dudas o consultas a jimenez.ramos.al@gmail.com
 

Creando una nueva zona erógena. ¿Cómo tener un orgasmo sin depender de tus genitales?