viernes. 26.04.2024

Sobre todo si se la compara con intervenciones homólogas en mujeres como esterilización tubárica. Sin embargo, la mayoría de los hombres no contempla la vasectomía como una alternativa de método contraceptivo.

Hombres y mujeres nos sexuamos como tales por la acción de una biografía diferenciada para cada sexo. El hombre se hace conforme a la presión social, Promoviendo comportamientos como, por ejemplo, actividades de riesgo. También el no cuidar su cuerpo, considerarse fuerte y, por tanto, no necesitar de cuidados de salud. No es que se pongan menos enfermos que las mujeres, lo que hacen es no ir al médico porque supone un signo de debilidad. La reproducción es vista como algo que sucede en el cuerpo de mujer y, por tanto, responsabilidad de la mujer. Algo de lo que el hombre no tiene que cuidarse.

Unido a esto, los hombres estarían más preocupados por las ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) que por Embarazos no Deseados, tanto en las relaciones ocasionales como con parejas estables. Pese a que, afortunadamente, su consumo aumenta, es sabido que el preservativo masculino es tomado como algo que corta la relación y existe el mito que disminuye la sensibilidad. Delegan el ámbito de la Salud y la Reproducción a las mujeres; asumiendo para sí el ámbito del riesgo y la espontaneidad. La relación de los sexos se basa en el poder de uno sobre otro, en una jerarquía donde el hombre es supuestamente superior y, para ellos, imponer sus normas y sus formas de hacer, también en la erótica, es lo que toca.

Esta asunción de responsabilidad y de preponderancia es vivida con temores y miedos, de los cuales los principales en una relación erótica es tener una eyaculación precoz, la impotencia, o no satisfacer a su pareja.

En cuanto a la vasectomía, un estudio demuestra que las principales preocupaciones de los hombres frente a este procedimiento, son el temor a la propia intervención quirúrgica, seguido por el miedo a perder la respuesta sexual, y por último el miedo subjetivo relacionado con la masculinidad. Los hombres expresaron preocupación de perder capacidad de erección, dejar de eyacular, disminuir la cantidad de semen que será expulsado, pérdida o disminución del placer sexual propio y de la pareja [I].

La Sexualidad impuesta desde el modelo masculino se centra en el coito, en la penetración, en los genitales, centro y símbolo de la sexualidad masculina. Importa, y mucho, la cantidad de eyaculación, de tiempo, de dureza y duración, de parejas. La cantidad se cuenta y el resultado ha de ser alto. Esta ideología de batalla, de guerra, conquista y gesta lograda con riesgo lleva a hablar de afirmación y confirmación de masculinidad con comentarios acerca de la vasectomía como “esto todavía dispara fuego”, “disparar con balas de fogueo”, “cortarse la coleta” que es dar por finalizada la carrera torera.

Evitar esta alternativa pasa por crear una suma de mitos y creencias erróneas alrededor de la vasectomía para no entrar en disonancia cognitiva. Mito y miedo asociado a la vasectomía es la disminución en la cantidad de líquido en la eyaculación. Miedo a que la intervención modifique la duración del coito, la cantidad de eyaculación, la existencia de erección (“no vaya a ser que toquen donde no deban”).

La construcción de esta masculinidad “correcta” pasa por la negación de la homosexualidad, masculinidad y homosexualidad se viven como antagónicos. En la Salud de los hombres, se puede considerar que someterse al método diagnóstico del tacto rectal, o someterse a una vasectomía, puede hacer que sea considerado a ojos de los demás como un gesto de debilidad, un comportamiento gay, o incluso que de la propia intervención se derive un cambio de orientación que les inicie conductas homosexuales, es una debilidad, la falta de posibilidad de tener hijos es falta de virilidad. Es asumir comportamientos inadecuados [II] voluntariamente.

La vasectomía implica la modificación de alguna manera de los genitales masculinos y la virilidad los hace ser intocables. Virilidad que también se pone en entredicho con bromas al respecto o directamente el rechazo de las intervenciones.

Y, sin embargo, para las mujeres este método no solo resulta mejor, ya que no afecta para nada a su salud como intervenciones quirúrgicas, o efectos secundarios indeseables de los tratamientos hormonales; sino que mejora la percepción que tienen sobre sus parejas, al verles como más responsables, los revaloriza como personas y ven sus relaciones sexuales como más satisfactorias. Aunque también surge en las mujeres el miedo a que la vasectomía provoque más infidelidades en la pareja por parte del hombre [III]

Esta desvinculación en la reproducción y delegar la responsabilidad de los cuidados contraceptivos en la mujer, es la causa de la baja cantidad de hombres que optan por la alternativa contraceptiva que supone la vasectomía para ellos.

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[I] Fernández S, Ruydiaz K, Baza G, Berrío D, Rosales Y. Percepción de los hombres ante la aceptación o rechazo de la vasectomía. Cartagena 2013. 2014 Jun; 11(1): 22 – 29.

[II] Abou Orm Saab K, Camacaro Cuevas M. Determinantes socioculturales que condicionan la masculinidad y su impacto en la salud sexual y reproductiva de los hombres. Comunidad y Salud Año 2013,Vol. 11, Nº 1, Ene-Jun.

[III] Córdoba-Basulto DI, Mercado-Sánchez T, Sapién-López JS. Opiniones y experiencias de la vida sexual de mujeres con parejas con vasectomía. Rev Esp Med Quir 2010;15(3):144-151.

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Vasectomía: mitos y creencias