Qué visitar
En toda visita a la capital italiana no se puede dejar de visitar El Coliseo, los Foros Imperiales, es decir, el corazón de la vida urbana, dónde se llevaban a cabo actividades comerciales, artesanales o religiosas, la Piazza di Spagna, la Piazza del Popolo, desde la que parten tres de las más importantes calles de la ciudad, el Castel Sant’Angelo, que durante siglos fue refugio papal en momentos de invasiones, el Panteón de Agripa y por supuesto, El Vaticano y sus museos, arte y arqueología de todas las épocas concentrados en un solo museo. Para estos últimos es importante hacerse con la entrada antes de ir para no esperar largas colas, en la página oficial se puede leer toda la información.
Qué y dónde comer
Siguiendo desde El Vaticano el curso del Tíber hacia el sur te encontrarás con uno de los barrios más visitados de la ciudad: el Trastévere. En él abundan las Trattorie y las Osterie, típicos restaurantes italianos alejados del bullicio turístico. Aconsejable probar Hostaria da Corrado, Ai Marmi o el famoso Cacio e Pepe donde es se puede comer uno de los mejores platos típicos romanos, los spaghetti cacio e pepe.
Para degustar la verdadera gastronomía italiana son imprescindibles además platos como los spaghetti alla carbonara, los carciofi alla giudia, alcachofas fritas, o los gnocchi alla romana, discos a base de harina de sémola cocidos en leche y enriquecidos con queso y yemas de huevo.
Otras cosas a tener en cuenta
Por lo que respecta al transporte, lo mejor es el metro, ya que los autobuses suelen ser más lentos por el tráfico de la ciudad y la cantidad de turistas que los llenan. La red de metro de la ciudad llega a los puntos más turísticos de la ciudad.
Al ser una ciudad visitada por miles de turistas al año, es aconsejable reservar el alojamiento con tiempo. Se puede consultar en varias páginas online, venere.com por ejemplo te permite filtrar por las mejores zonas y se puede ver a través del mapa los alojamientos más cercanos a las paradas de metro.
Para ir de compras calles como Via del Corso son perfectas para dejarse llevar por el bullicio de la moda romana. Para los que no quieran gastar mucho existen también las tiendas de segunda mano en muchas partes de la urbe o incluso alguno de los mercadillos urbanos.
