Ocio

Salir a la calle en verano a tomar el fresco con la familia o los vecinos, una costumbre ancestral en Valdepeñas y la comarca

Vecinos de una calle de Valdepeñas tomando el fresco

Quien ha nacido y vivido en un pueblo no le pasa desapercibida la imagen, por la tarde-noche en verano, de las calles con los vecinos tomando el fresco en la puerta de su casa. Lo de fresco, muchas veces, es por decir algo, porque en nuestros pueblos manchegos las altas temperaturas, en los meses de julio y agosto, son evidentes.

Y digo que es una costumbre ancestral, porque nuestros abuelos ya contaban que sus padres y sus abuelos, salían por la noche a la calle  a tomar el fresco, al menos así me lo contaba mi abuelo cuando de pequeña, en Moral de Calatrava, salía a tomar el fresco con la familia a la calle, que los niños lo que hacíamos era jugar y corretear de un lado a otro.

(Fotos antiguas cedidas por María Luisa Torres)

No es difícil ver, si paseas por las calles de nuestros pueblos manchegos, a la gente sentada en la acera de su casa, incluso en la misma calle, hablando con los vecinos de la puerta de al lado o con los familiares, también los puedes ver en solitario, es como si necesitáramos tener ese contacto visual y social con lo que ocurre en el exterior de nuestras casas y convencernos que fuera hace menos calor que dentro, o que el vecino te informe de lo que ha ocurrido hoy en el pueblo, o se “corte un traje a medida de alguien”, también se crean debates en torno a lo que acontece en distintos ámbitos de la sociedad, bien sean políticos, culturales o sociales, o simplemente se hable del veranito de calor que estamos teniendo y como el tiempo está loco, y si el campo va bien o va mal.

Aún así, es agradable ver esa imagen en las calles de nuestros pueblos, gente sentada en su silla o en una hamaca, aunque en algunos pueblos de España se multe por ello, pero por suerte nuestra costumbre histórica manchega, aquí no se multa.

(Foto de Mª Dolores López-Tercero Sánchez, vecinos de Moral de Calatrava tomando el fresco en la calle)

Los mayores lo disfrutan y los niños también, porque mientras sus padres o abuelos charlan, ellos aprovechan para estar en la calle jugando a altas horas de la noche, todo un acontecimiento social y una proeza infantil.

La sociedad, incluso en los pueblos, ha cambiado mucho, pero hay costumbres que por suerte no se han perdido y esperemos que no lo hagan, porque salir a la calle a tomar el fresco en verano es un acto muy entrañable de sociabilidad.