El PSOE tiene la obligación de prepararse porque su vocación de gobierno se lo obliga. Tiene que estar preparado para hacer frente seriamente, más que de la crisis, que no es poco, al peligro de que esta crisis acabe con los derechos conseguidos a lo largo de estos últimos años.
Para llegar a la Conferencia Política de Octubre con una hoja de ruta perfectamente diseñada, tanto en su contenido ideológico, como en sus estrategias. Una vez hecho ese estudio y conocida la hoja de ruta, se pasará a buscar las personas y los equipos más adecuados para llevar a buen fin esa ingente tarea. Es el camino decidido, y posiblemente el más eficaz y honesto. En ello está el actual equipo dirigido por Rubalcaba. Fue la misión encargada por el último Congreso y así se está cumpliendo.
Desde una perspectiva más amplia tenemos que tener presente que España ha logrado un desarrollo económico y social extraordinario en las últimas décadas. Ha sabido salir reforzada de crisis anteriores y estamos seguros de que ahora puede hacerlo de nuevo. Pero para ello es necesario un cambio de rumbo en las políticas públicas para que propicien lo antes posible el desarrollo económico y que dicho crecimiento sea sostenido y duradero, que permita planificar hacia el futuro y crear la confianza necesaria para las generaciones futuras.
Equilibrado en todos los aspectos: en el entorno y el medio ambiente; en la distribución de la renta, presente y futura, encaminada a paliar los desajustes de los
ciclos económicos. Las crisis económicas, además de propiciar una etapa de sufrimiento, corre el peligro de dejar huellas irremediables para muchos años. Y lo peor de todo es que esas huellas afecten de forma muy peligrosa a las clases más debilitadas. En la presente crisis ese peligro es palpable.
El PSOE está preparando un proyecto integrador, que refuerce la igualdad de oportunidades en todos los ámbitos (educativo, laboral, social, etc.) y a lo largo de todo el ciclo vital (de la infancia a la vejez); que garantice el acceso de todos y todas en condiciones de igualdad a los servicios esenciales; a favor de la igualdad entre hombres y mujeres, comprometido con las personas con discapacidad y quienes sufren pobreza y riesgo de exclusión; en definitiva, comprometido con la diversidad y la pluralidad.
Porque las políticas tienen que estar al servicio de los más vulnerables y así lo entendemos los socialistas. No debemos olvidar que fueron gobiernos socialistas los impulsores del Estado de Bienestar en España, aprobando normas básicas en materia de sanidad, educación, pensiones y servicios sociales, siguiendo sus principios ideológicos, con objetivos políticos definidos. Con criterios de planificación y gestión orientados a su consecución.
En eso se encuentra el PSOE en este momento. En un debate abierto destinado a diseñar un futuro ilusionante. Ha sido su hoja de ruta, siempre, desde su fundación hace más de 135 años. Se han cometido errores, arrastrados por corrientes imperantes, pero desde su reconocimiento y desde su estudio se ganará el futuro.
