viernes. 29.03.2024
OPINIÓN

Gratitud infinita tras recibir mi nombramiento como “Embajador del nombre de Valdepeñas”

Como es ya conocido, el viernes día 5 de septiembre, en el transcurso del acto institucional celebrado en el marco de las fiestas patronales y del vino de Valdepeñas, se entregaron los distintos reconocimientos que recoge el reglamento de honores y distinciones del Ayuntamiento de esta ciudad. Quien esto escribe, recibía de manos del Alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín Rodríguez-Caro, el nombramiento de “Embajador del nombre de la ciudad de Valdepeñas”. En ese momento un alegre repiqueteo me recorrió el corazón.

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Ya es un honor ser valdepeñero, ser nacido o vivir en esta ciudad histórica y heroica, pero si además recibes este reconocimiento que surge del consistorio valdepeñero, concretamente del equipo de gobierno, pues a partir de aquí, gratitud infinita.

Si en alguna ocasión alguien juzgara o haya juzgado este nombramiento que no cotiza en bolsa, ni influye a la hora de hacer declaración de la renta, mi conciencia quedará tranquila por entender que he realizado en no pocas ocasiones algo positivo para Valdepeñas, y Dios mediante lo seguiré haciendo, si así me lo solicitan.

En estos casos, lo más importante del currículum es ser o sentirse valdepeñero, y desterremos aquella frase de que nadie es profeta en su tierra, porque no es verdad.

Cuando sentado en el escenario a la espera de que se produjera la entrega de los reconocimientos, oía los ecos de la entonación del himno a nuestra patrona, la Virgen de Consolación cuyo novenario se celebraba en ese momento en la parroquia de la Asunción, a Ella le pedí que continuara orientando nuestro trabajo y nuestros afanes.

Luego vino la entrega que se hizo sin prisa, pero sin pausas, pues fuimos reconocidas nueve personas por parte del Ayuntamiento, y dos más por instituciones como la Denominación de Origen y la Federación de Empresarios.  

Alcalde, Corporación Municipal (a los que permanecieron sentados y a los que se ausentaron en ese pleno de mayo cuando se aprobaron los nombramientos), gracias por vuestro reconocimiento, porque ya sabemos que en España cuesta reconocer los méritos en vida.

Termino con la proclama de Salomón: “da vino a los que tienen amargo el corazón”.

Ah!. Mi gratitud más sincera a cuantas personas han tenido la deferencia de felicitarme por este nombramiento que recibí encantado, y que han sido muchas.

 

Gratitud infinita tras recibir mi nombramiento como “Embajador del nombre de Valdepeñas”