jueves. 25.04.2024
Opinión

Jardines con menos agua. Hacia un jardin mediterráneo sostenible

Todos, de alguna u otra manera,  hemos sido influidos por la imagen idílica de los jardines anglosajones, con unas extensas y verdes praderas de césped rodeadas por esbeltos árboles y coloridos macizos de plantas de temporada que se desarrollan en suelos profundos y fértiles, y donde el agua abunda gracias una pluviometría extremadamente generosa.

JARDINES SAN JUAN BAUTISTA (Copiar)

Sin embargo,  ésta estampa, promovida por una parte del sector inmobiliario en las últimas décadas, no vale para el Sur de Europa. Aquí las condiciones son distintas: el sol y las temperaturas son intensas, cuando no abrasadoras;  el suelo es mediocre, cuando no pobre, y el clima nos obliga irremediablemente a convivir con periodos más o menos largos de sequía. Un escenario que, efectivamente, a primera vista, puede ser todo un obstáculo para la jardinería, pero que contrasta con la enorme diversidad botánica que se desarrolla en los climas secos. Y es, precisamente esa singular, rica y atractiva flora en donde encontraremos las mejores posibilidades para hacer un jardín más acorde con  nuestro clima. Así, frente a las 6000 especies de plantas que crecen en toda la Europa no mediterránea, solo la provincia de Almería alberga unas 2600, y se estima que el abanico vegetal que se desarrolla en el conjunto de las regiones con algún tipo de clima seco es de 75000 especies. ¡¡Nunca un pintor de paisajes hubiera encontrado una paleta tan diversa y colorida!!

Ahora bien, el empleo de estas plantas requiere un cambio de mentalidad en cuanto al diseño y el manejo del jardín. Las plantas de climas secos se han especializado en el transcurso de su evolución desarrollando diferentes estrategias de adaptación a la sequía: reduciendo la transpiración, emitiendo un doble sistema de raíces, disminuyendo la superficie de exposición, desarrollando follajes grises y pelos, produciendo aceites esenciales, acumulando agua.... Esas adaptaciones o mecanismos naturales son los que  deben servir de base para dar identidad y belleza al jardín mediterráneo. Jugando con los colores, las formas, las texturas, los olores de estas plantas..., conseguiremos un jardín esplendoroso, único, especialmente diverso, de muy bajo mantenimiento,...., y que habrá que regar muy poco.

Es en este contexto de escasez de recursos hídricos cuando en la década de los 80, ante la creciente demanda de agua per cápita en los medios urbanos y ante la imposibilidad de mantener los jardines urbanos en periodos de sequias, nace y se desarrolla en el estado de Colorado el término Xeriscape (Xerojardinería o Secojardinería en español) que aglutina un conjunto de principios y técnicas para hacer más eficaz y sostenible el consumo del agua en la jardinería, y que hoy en día son plenamente aceptadas por muchos urbanistas, paisajistas y jardineros.

La Xerojardineria, que tiene entre sus principales principios el empleo de las plantas que mejor se adapten a las condiciones ambientales del jardín, se constituye, por tanto, como una herramienta básica para reducir de manera significativa (hasta un 50%) el consumo de agua en los parques y jardines. Para ello, y siguiendo los principios de este concepto, hay además que reorganizar el jardín en zonas según el consumo del agua; reducir las zonas de césped o sustituirlo por otras especies tapizantes con menor consumo de agua; disponer de un sistema de riego eficiente, evitando las fugas, y el sobre-riego; proteger el suelo incorporando cubiertas protectoras de materiales orgánicos (corteza de pino, restos de podas triturados…) o inorgánicos (rocas, gravillas..) para regular la temperatura, evitar la erosión y facilitar que el agua penetre con mayor facilidad a las raíces; hacer un mantenimiento del jardín orientado a depender menos del agua, procurando un abonado equilibrado, realizar, cuando sea necesario, podas superficiales, incrementar la biodiversidad para favorecer un mejor control de las plagas y enfermedades…

Ahora que llega el verano, y se hace más evidente la necesidad del riego en los jardines, y aunque el principal consumo de agua en nuestro país siga siendo la agricultura de regadío, no podemos obviar la importancia que reviste ahorrar agua en sectores estratégicos como es el caso de la jardinería pública y privada para, en este caso, hacer una ciudad más sostenible.

Jardines con menos agua. Hacia un jardin mediterráneo sostenible