jueves. 28.03.2024
OPINIÓN

Tarjeta de Navidad

La Navidad es tiempo de alegría; la alegría propia de una sociedad que necesita un revulsivo, una inyección  de ánimo, de esperanza; la alegría que urge a una sociedad deprimida; deprimida porque la están castigando brutalmente, al mismo tiempo que la están engañando indecentemente. 

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Una sociedad que necesita una tarjeta de Navidad, como el maná que alimenta el estómago y el espíritu. Lo que pasa es que una tarjeta de Navidad basada en la negación de la realidad, basada en la mentira, no es bienvenida; no insufla la esperanza que necesitamos.

Está incapacitado para enviarnos esa tarjeta quien encima de retrotraernos al pasado más retrogrado, se muestra autosuficiente por ser la primera vez que una ley prioriza por encima de todo “la libertad de la mujer”. ¡Tiene bemoles! Su ideología puede ser todo lo conservadora que le exija su conciencia; tiene todo su derecho a defenderla. ¡pero hombre! que no nos venga ante la Navidad con el mensaje de que defiende “la libertad de la mujer”. Su tarjeta de Navidad será creíble, si la presenta como lo que es; mostrando su ideología; respetable, aunque no se comparta.

No puede felicitarnos la Navidad, quien al mismo tiempo, que la sede de su partido está siendo intervenida por la policía judicial, diga que no han ido a efectuar un registro, que “han ido a solicitar colaboración y ellos se la han dado”. Es muy grave, gravísimo, que el presidente de todos los españoles se encuentre reunido con todos los presidentes de la Unión Europea, mientras la policía judicial busca las pruebas, que no envían, o que destruyen, dificultando la investigación de una presunta red corrupta que viene funcionando desde hace 20 años, ¡y diga que están colaborando!

Necesitamos más que el maná del desierto, una tarjeta de Navidad que transmita ilusión; la ilusión de que esto se tiene que acabar. El problema es que quien debería hacerlo no lo hace. Han preparado un estudio ideológico de altísimo nivel, ¡estupendo! Pero ahora necesitamos, los españoles, todos los españoles, una tarjeta de Navidad con una cara visible que represente ese valor ideológico; que tenga el liderazgo y la fuerza suficientes de transmitir la esperanza que reclamamos; que necesitamos más que el comer. ¡Y no llega!

Tarjeta de Navidad