Para Caro, “la artesanía merece una atención especial y un apoyo desde el gobierno regional que sirva para crecer en la exportación y abrir nuevos mercados para unas piezas únicas y exclusivas”. De esta manera, la valdepeñera ha asegurado que “con cercanía, escuchando a los sectores afectados, y a pesar de estar en momentos complicados, se puede hacer una política de planificación para generar fuentes de empleo y activación de la economía en núcleos de población concretos.”
Y es que, según Juana Caro, “hay que seguir una línea de trabajo de apoyo sin fisuras y este apoyo debe ser una línea marcada a fuego que no sufra con los cambios de gobierno o los vaivenes políticos y económicos. Nuestros artesanos son una envidia a nivel nacional e internacional gobierne quien gobierne”.
De la misma manera, Caro ha animado a la Junta de comunidades a retomar un “Plan de apoyo al comercio artesanal” –que tome la línea del antiguo POPA- con ayudas para la distribución de productos “poco conocidos pero de gran calidad y que, por desgracia, tienen limitado acceso al mercado si solo cuentan con el impulso personal de nuestros artesanos y artesanas”.
“Vivimos en una provincia con importante presencia de artesanía, como nuestro tallista Rafael Fermín en Alcázar de San Juan y, por qué no decirlo, en una comunidad con grandes maestras y maestros artesanos. Es increíble disfrutar de la alfarería de Talavera de la Reina o Mota del Cuervo (tan distintas y tan maravillosas ambas), el trabajo del acero toledano o la cuchillería albaceteña, nuestro maestros forjadores con talleres en Guadamur, Albolea, la Puebla Nueva, Consuegra o Elche de la Sierra, por citar algunos, o los damasquinadores de Toledo y el tratamiento del mimbre en Cuenca”, ha sentenciado.
