jueves. 28.03.2024

“El agua ha sido gloria bendita, la resurrección del campo”. Se puede decir más alto, pero no más claro. Los agricultores solaneros no ocultan que la situación del sector ha dado un vuelco esta primavera como consecuencia de unas lluvias copiosas y prolongadas en el tiempo. Juan José Díaz de los Bernardos, presidente local de ASAJA y agricultor profesional, admite que los cultivos se encuentran en plenitud de forma. Tanto que si no sale el sol pronto puede acarrear algunas enfermedades por el exceso de humedad una vez entrado junio.

En declaraciones a Radio Horizonte- La Solana, afirma que el campo ha experimentado un cambio brutal desde febrero. Las pocas lluvias de finales de 2017 y principios de 2018 sólo habían humedecido el terreno y los leñosos habían agotado las reservas tras varios años de sequía. “Era una lluvia para entretenernos que no llegaba a la raíz de la planta”. Pero las intensas precipitaciones de marzo y su continuidad en abril y mayo cambiaron el panorama. “Las viñas han brotado bien, la planta tiene la vegetación y un buen desarrollo". El cereal también ha granado muy bien y se espera una cosecha espléndida. “Este año tendremos un grano gordo y con peso específico”.

El problema puede llegar si el tiempo no abre. Una prolongación de días húmedos sería perjudicial para la planta, que ahora no necesita agua, sino sol. Juan José Díaz de los Bernardos evita alarmar, sobre todo porque este clima inestable viene acompañado por temperaturas frescas que impide el desarrollo de hongos tan temidos como el mildiu o la ceniza. Con todo, aconseja tratamientos de prevención, por si acaso.

Juan José Díaz: ‘El agua caída ha resucitado el campo’