Aquellos alcaldes eran elegidos por la nobleza y por el pueblo llano. Su función era una mezcla de las de alcalde actual y juez. La elección de alcaldes medievales se venía celebrando en la localidad anualmente desde el siglo XIII hasta finales del siglo XVI, cuando fue abolida por el propio rey Felipe II. Eran dos alcaldes ordinarios, elegidos uno por el estado de los nobles y otro por los ciudadanos comunes.
Sobre ellos recaía la responsabilidad de dirimir los conflictos vecinales, así como aplicar la llamada baja jurisdicción, es decir, la administración de justicia civil en primera instancia para asuntos de pequeña cuantía que no implicaran penas corporales o de destierro. También entendían en todo lo relacionado con la recaudación de tributos.
