viernes. 19.04.2024

El concierto de verano de la Orquesta “Sotomayor” se convirtió en el concierto de despedida de Martín Cantarero, su fundador en 1982 y director de la misma durante estos 33 años, más de la mitad de su propia vida. Quizá por ello, llega el momento de hacer un alto en el camino para reflexionar sobre el trabajo realizado, según explicó antes de dirigir “La Primavera” de Vivaldi, la última obra del programa interpretado este domingo y, sin duda, una de las más difíciles que ha tenido que tocar esta orquesta por la carga emocional del momento.

Las lágrimas afloraron en músicos y público, que llenó el patio de columnas del Centro Cultural “Ciega de Manzanares” en la calurosa mañana del domingo. Martín Cantarero recibió de sus compañeros una preciosa batuta de recuerdo que, emocionado, entregó a su esposa. Antes tuvo palabras de agradecimiento para los músicos -convertidos en amigos- y para sus familias, para las diferentes corporaciones municipales y concejales de Cultura, y para el público. Entre lágrimas de unos y otros, Cantarero saludó uno a uno a cada componente de “su” orquesta.

Los asistentes, entre quienes se encontraba el alcalde, Julián Nieva, tributaron un prolongado aplauso a un músico que deja un tremendo legado, como son la propia Orquesta “Sotomayor” y multitud de partituras adaptadas para pulso y púa. La entidad, en la que sigue teniendo la puerta abierta, según su presidente, Balduino Jesús Rodríguez, continuará adelante sin uno de sus grandes pilares, aunque con el deseo de que transcurrido un tiempo de merecido descanso y meditación, el “adiós” se convierta en un “hasta luego”.

En este último concierto bajo su batuta, la Orquesta “Sotomayor” volvió a demostrar por qué es una de las formaciones no profesionales de plectro más reputadas de España. Todos sus componentes, a pesar de que las lágrimas en los ojos fueran una dificultad añadida al difícil programa, dieron lo mejor de sí mismos con un repertorio que resume la impronta y la línea musical que Martín Cantarero ha dado a la entidad. Hasta en el último concierto incluyó varios estrenos de obras arregladas por él.

Uno de esos estrenos fue el “Preludio y fuga”, de Mandonico, obra con la que puntualmente comenzó tan especial cita musical. De Vivaldi, autor de referencia de esta orquesta, llegó el precioso Concierto en  Re Mayor, adaptado para Laúd y Orquesta, con el siempre flamante Martín Sánchez-Migallón Tébar como solista de bandurria.

El concierto continuó con los estrenos de cuatro piezas breves de Tárrega (Lágrima, Adelita, Sueño y Pavana), y con el Concierto en Re Mayor de Stölzel, que permitió vivir al público otro de los grandes momentos de la mañana, ya que contó como solista invitado de saxo soprano con el profesor de esta especialidad, Martín Cantarero Velázquez, sobrino del director, de quien siguió sus pasos con este instrumento y que quiso acompañarle en una jornada tan señalada. Tras la magistral interpretación, tío y sobrino se fundieron  en un abrazo que abrió el grifo de las emociones.

Aún sin superar el trance de la despedida del director, el concierto concluyó con “La Primavera” de Vivaldi, en cuyos tres movimientos (allegro, largo y allegro) participaron como solistas de bandurria dos generaciones de músicos, Martín Sánchez-Migallón y Juan Antonio Moraleda por parte de los veteranos, y Francisco Jesús Maeso Peinado como exponente de la cantera de la Escuela Municipal de Música en su especialidad de púa. Los aplausos finales obligaron a la Orquesta “Sotomayor” a interpretar una obra más fuera de programa, la “Danza del Molinero” de Manuel de Falla, con la que Martín Cantarero cerró 33 años al frente de la misma.

Trayectoria de un gran músico

Martín Cantarero Fernández-Pacheco nació en Manzanares en 1950. Desde muy temprana edad y de la mano de su padre comenzó los estudios musicales. Formó parte de la academia de Educandos de la Banda Municipal de Música de Manzanares siendo director Joaquín Villatoro Medina. A la edad de nueve años ingresó en la Banda de Música, tocando el Saxofón soprano. Un año más tarde, y como alumno libre, comenzó sus estudios en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde cursó los estudios de Solfeo, Armonía, Historia de la Música, Estética Musical, Saxofón, Contrapunto y Fuga y Composición. Tiene el título de profesor por este Conservatorio en las especialidades de Solfeo y Saxofón. En 1961 obtuvo el Primer Premio Extraordinario de Solfeo en este Conservatorio, siendo hasta esa fecha el alumno más joven que había obtenido este galardón.

Ha pertenecido a la práctica totalidad de las Agrupaciones Culturales de Manzanares, especialmente ligado a labores musicales dentro de las especialidades de música popular y música coral. Fue director de la Coral Mater Assumpta durante cinco años; con el grupo de teatro Lazarillo T.C.E. realizó diversas composiciones musicales. Igualmente perteneció a la Banda Municipal de Música de Manzanares durante 13 años, hasta la desaparición de la misma en 1972.

En el  campo de la música de Pulso y Púa comenzó su andadura musical en 1969, siendo director de la Orquesta de Pulso y Púa del Colegio Público Altagracia de Manzanares hasta 1975. En 1981 continuó esta labor dentro de la Orquesta de Pulso y Púa de la Agrupación Musical Manuel de Falla de Manzanares, hasta 1982, fecha en la que fundó la Orquesta Sotomayor, de la que ha sido su director de forma ininterrumpida hasta este domingo.

Desde la fundación de la Orquesta Sotomayor se ha encargado de realizar las adaptaciones y arreglos de la práctica totalidad de las más de 200 obras que componen el repertorio de esta orquesta. Adaptaciones y arreglos realizados desde las partituras originales, respetando en todo momento la integridad de las mismas, huyendo de fáciles adaptaciones que puedan suponer en cualquier momento la pérdida de la calidad de las obras.

Igualmente tiene realizadas adaptaciones para Banda. Durante más de 10 años fue director de la Banda de Música de Villarta de San Juan (Ciudad Real) para la que realizó diferentes adaptaciones y arreglos musicales.
 

Martín Cantarero se despide de la Orquesta “Sotomayor” en un emotivo concierto