La edición está dedicada por el poeta a su nieta Elena y en el “preludio” Santiago Romero de Ávila señala que “Yo le canto al amor, al entusiasmo, a la ilusión, al gozo, pero denuncio y lloro, y peco, y grito ante el dolor, el llanto, la tristeza, el desconsuelo, el luto y el olvido”.
En ese mismo preludio se pregunta el poeta sobre la penuria de tantas mujeres, la de muchos niños “que lloran lagrimones de sal y de ceniza para empapar la tierra dura y seca de unos parajes huérfanos de flores”.
Seguidamente ofrece un total de dieciséis poemas, comenzando por el titulado “Mundo de amor sin fronteras”, siguiendo con el dedicado a su nieta Elena “Trozo de mi amor más puro”, para continuar con “Cuando el arroyo vuelve a mis pupilas”, “Allí se quedó mi infancia”, en el que el poeta recuerda su paso por las Escuelas del Pozo Nuevo-La Solana a las que dice “Yo llegaba, cada lunes/ con las ilusiones nuevas/ y el cartapacio repleto/ de grillos y de azucenas”.
Otros trabajos que se incluyen en este monográfico de Manxa son los titulados “Cumpla el rencor su justa penitencia”, “Amor en el jardín”, dedicado a su mujer Pilar, “Ahora que besa Dios las amapolas”, “Imperativos de amor”, dedicado a sus hijos Pedro Mario y María del Pilar.
Completan el poemario “En soledad total, sin esperanza”, “Por los mares de Dios va la esperanza” (Décimas apasionadas para la gente inmigrante), “El pueblo aquel de lágrimas y ausencia”, “Una paloma tiembla en el alero” (Sinfonía incompleta en el palomar de Gotarrendura, lugar de nacimiento de La Santa), homenaje a Santa Teresa de Jesús en el quinto centenario de su nacimiento.
Además de haber recibido numerosos premios Santiago Romero de Ávila ha publicado los libros ”¿Quién nos quita las rosas del alba?”, “Esta tierra de amor y silencio”, “Poemas heterogéneos”, “Sonetos de duda y de esperanza” y la antología poética “Aquel temblor de gozo y de inocencia”.