La ecuación es sencilla: la gente joven como menos pan que antes. Las célebres baguetes de supermercado han hecho mella, diezmando el consumo de pan en las panaderías tradicionales. Eso provoca un descenso en la producción. “La gente no valora el buen pan, por ejemplo el pan de cruz”. “Cuando sales fuera es cuando lo valoras de verdad”, dice el presidente.
Manzano insistió en ese trabajo de ‘educación’ de los mayores a sus vástagos. “Debemos inculcar a nuestros hijos que la cooperativa tiene un señor pan y que consumamos de ella para seguir creciendo”. “El gremio joven necesita un empujón”. Pese a todo, la cooperativa ‘Rosa del Azafrán’ funciona razonablemente bien, sin apreturas económicas y con buena salud general. Incluso los hijos de los socios más veteranos van heredando su título para continuar apoyando la institución.
Las asambleas suelen ser balsas de aceite. Los socios que acuden son alrededor de medio centenar y confían en el trabajo del Consejo Rector. El presidente no oculta que es satisfactorio ver cómo tus socios aprueban la gestión, pero siempre pide más participación. “Me gustaría que vinieran más socios a las asambleas y que preguntaran más cosas, estamos para responderles”.
