jueves. 25.04.2024

Consuegra va a acoger el fin de semana del 5 y 6 de noviembre el IX Certamen de Pinchos y Tapas Medievales.  En un fin de semana legendario, ocho cocineros, todos ganadores de los concurso de pinchos medievales de sus respectivas localidades y, por lo tanto, chefs medievales del año, van a mostrar sus creaciones culinarias en el imponente Castillo consaburense, propiciando además la Ruta  del Pincho Medieval.

El Certamen lo organiza la Red de Ciudades y Villas Medievales, en colaboración con el Ayuntamiento de Consuegra y, la Ruta del Pincho Medieval que incluye el programa, descubrirá, en cinco locales consabureneses, el sabor de la Edad Media, propiciando un fin de semana histórico a los visitantes que decidan acercarse a la ciudad.

Porque mientras los turistas recorren la ciudad entre pincho y caña, o vino, al precio de 2,5 euros ambas cosas, van a poder viajar en el tiempo por las diferentes etapas históricas que acrisola la ciudad. Se expenderán al público más de 6.000 tapas entre los dos días, a mediodía y por la tarde, el sábado; y a mediodía el domingo.

Sobre los restos de lo que fue la Consabura romana, como todas sus calles se encargan de recordar al viajero, precisamente será la Posada de los Cónsules, la que acoja los pinchos medievales que llegan a La Mancha desde Almazán (Soria) y Olivenza (Badajoz). El cocinero adnamantino Conrado Soria (Restaurante Mateos) llevará hasta la ciudad su 'Terrina con sabores de siempre', un bocado delicioso con el que ha resumido la memoria gustativa de Almazán. Utilizando las técnicas de cocina de las guisanderas locales, combina los dos ingredientes básicos de la cultura gastronómica de su tierra natal, el bacalao y la matanza del cerdo. Además, Conrado hace también un guiño a la afamada repostería adnamantina, con un bizcocho de boletus que remata el pincho.

Por su parte, la chef Josefina Núñez (La Tapería) se trae a Consuegra el 'Espíritu del Medievo' oliventino. Sobre una cama de arroz extremeño, un solomillo de cerdo, con emulsión de ajo y crujiente de queso de cabra, Josefina ha resumido en dos bocados la historia de frontera de su localidad, para lo que ha elegido algunos de los productos más sobresalientes de la generosa vega del Guadiana.

A sólo unos metros, el Restaurante San Poul, todavía en el entorno del pasado romano, acogerá los pinchos que traerán hasta Consuegra las ciudades de Sigüenza (Guadalajara) y Coria (Cáceres). Estefanía Verdes, cocinera del Restaurante La Granja de Alcuneza (Sigüenza), se lleva hasta la ciudad toledana su 'Tajada en salsa de uvas'. Está tan rica, que de ella se come hasta la cuchara. Su acertada combinación de sabores, dulces y salados, sorprenderá gratamente a propios y extraños. Por su parte, el chef Jesús Rodríguez (Hotel Restaurante Montesol) le abrirá, entre molinos, un hueco a sus 'Sabores de las dehesas de Coria'. Los extrae, sabiamente, de la suculenta carrillera de ibérico, que entre las encinas caurienses adquiere la consideración de manjar, y el licor de bellota, aderezado todo el conjunto con frutos rojos. Todo un estallido de sabor.

Por último, el Restaurante Alfar, en el mismo entorno, acogerá a Jesús Astarriaga (Restaurante Astarriaga), cocinero de Estella (Navarra), llevará hasta la ciudad consaburense su tapa, 'Caza2 codorniz y conejo escabecha2', en la que presenta dos rulos de codorniz y conejo escabechados.  El chef les da la forma de una punta de lanza, quizá recordando el combate mitológico entre el caballero Roldán y el gigante Ferragut que, según cuenta la leyenda, tuvo lugar en las llanuras navarras.

El propio Alfar es un monumento, hermoso testimonio del paso por la vieja Consabura de la civilización romana. Toda esta área urbana descansa sobre el antiguo Circo Romano de Consuegra del que se conservan basas, columnas y capiteles, que bien se pueden admirar entre uno y otro pincho. Muy cerca de ellos estaban los columbarios y los cementerios de extramuros, y todavía está el Convento de Carmelitas, primera fundación póstuma de Santa Teresa,  en el que está enterrado Fernando de Toledo, duque de Alba. Será buen momento para recordar que como decía la santa andariega, “Dios también está entre los pucheros”.

Desde el propio convento teresiano sale la calle, como no, del Carmen. El que también fue el antiguo Cardo Romano, cruzaba de norte a sur la ciudad de Consuegra en el tiempo de los emperadores. Como si de un viaje en el tiempo se tratara, seguir el trazado de la vía es también entrar en la ciudad árabe, que serpentea hacia la Plaza de España, siguiente parada de la Ruta del Pincho Medieval.

En la Plaza de España, el Café – Bar El Pesca acogerá al chef Iosu Carrión del Kai Zaharra de Hondarribia (Gipuzkoa). La Plaza de España es el antiguo Foro de la Consabura Romana. En ella destacan el edificio de los Corredores, clásico de la arquitectura manchega, y el Ayuntamiento. Carrión expenderá allí su 'Ostra de bacalao', un precioso resumen de la tradición pesquera de la villa hondarribitarra. El autor cocina este emblema de la cocina gipuzkoana de dos maneras diferentes, simulando incluso, con su corteza, la concha de la ostra.

Después de probar esta delicia de profunda tradición marinera, el visitante, siguiendo su recorrido por la antigua calle del Hospital, llegará al Palacio – Casa Prioral de la “La Tercia”, que fue la Sede de los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén en Castilla y León, antiguo centro del poder feudal. En una de sus antiguas bodegas está la Tapería Gaudy, representante de la gastronomía local que acoge al pincho 'Cómeme La Boca' de Laguardia. Julio Rodríguez Juandeaburre ha creado este pincho con el que ha ganado por primera vez en sus nueve participaciones, el concurso de pinchos medievales de la bellísima localidad alavesa. Sobre un bollo de 'guao bao' el chef coloca panceta de cerdo, pero hecha a fuego lento. “Para que la carne quede bien melosa, la dejamos hacer durante seis o siete horas”, explica el autor. Y, al igual que ocurre con la base, Julio añade aquí morro de cerdo, crujiente y salado, para darle una segunda textura al mordisco. Para los aderezos, Julio ha buscado especias orientales, que ha sabido combinar atinadamente con encurtidos de la tierra alavesa.

También allí, en su casa, Javier Sánchez, expenderá al público su 'Cochinillo golden' una tapa con una gran variedad de sabores contenidos, al que una mahonesa curry le da un toque irreverente y divertido, como es el propio Javier. El chef ha creado una tapa que se degusta con todos los sentidos, incluido el del humor, y que, como él mismo dice, “antes que nada, está buena”.

Para bajar tamaña selección de pinchos medievales, conviene visitar la Iglesia del Cristo de la Vera Cruz, de mármol blanco, cuya fachada es atribuida a Sabatini. No en vano, los  mármoles de Consuegra se encuentran en el Palacio Real de Madrid y en la Casa del Príncipe en Aranjuez. Buen provecho.

Tapeando por la historia del Medievo en La Mancha