Además, se otorgaron otras distinciones, como la de Hijo Adoptivo, que correspondió a Jesús Lucendo; la Medalla de Bellas Artes ‘Gregorio Prieto’ correspondió a la familia Donado Mazarrón; la Medalla del Servicio Desinteresado a la Comunidad fue para Juan Carlos Escudero García; y la Medalla del Deporte ‘Caridad Ortega’ fue entregada al Club Ciclista de Valdepeñas.
En nombre de todos ellos, Agustín Gil del Pino agradeció los reconocimientos. “Doy las gracias por los honores recibidos gustosa, sinceramente y de corazón, pero con cierto regusto agridulce. Dulce porque a quién no le agrada que le reconozcan, pero agridulce porque lo que hemos venido haciendo lo vamos a tener que hacer mejor”.
Por otro lado, Gil del Pino se refirió a la difícil situación económica y de incertidumbre por el futuro señalando que para continuar adelante “tenemos que hacer lo que venimos haciendo y si puede ser, mejor”.
La noche contó también con un Brindis Poético que correspondió a la escritora y poeta ciudadrealeña Ángela Vallvey, que reconoció haber estudiado en Valdepeñas durante su infancia. Por eso, agradeció emocionada la oportunidad “que me han dado de poder estar aquí”. Y es que, en referencia a sus vivencias infantiles en la Ciudad del Vino, señaló que “no perdía la esperanza de resucitar en mi niñez, y hoy ha llegado el día”.
“Valdepeñas era mi cuna, la sentía como un prodigio industrioso; de pequeña pisaba estas calles que olían a vino y mosto y Valdepeñas me parecía más imponente que Nueva York. Luego me hice mayor, viví en otros países pero nunca cambié mi imagen de Valdepeñas. Aún hoy sigo mirando a Valdepeñas con los ojos de aquella niña”, declaró.
Por ello, realizó un bonito brindis por Valdepeñas y por todo lo que tiene que ver con la localidad, desde el vino, la luz, la tierra, la enología, la barrica, el cristal, el tapón de corcho, la vendimia, por los molinos, por sus personajes más ilustres. “Brindemos por sus vinos, esos vinos que merecen que les salgan alas y que viajen por el mundo”, indicó. Y también tuvo palabras para el futuro señalando: “Brindemos porque Valdepeñas apueste por el desarrollo y lo siga haciendo mucho tiempo. Juntos han construido esta ciudad de la que me siento una pequeña parte. Valdepeñas tiene que crecer incluso en estos tiempos”.
De vino también habló, cómo no, el presidente de la Interprofesional de la Denominación de Origen Valdepeñas, Carlos Nieto, quien recordó que los vinos de Valdepeñas “son los más valorados a nivel nacional e internacional y desde la D.O. luchamos porque eso sea así”. De esta forma, declaró que el trabajo conjunto es la clave del éxito, por lo que se ha incidiendo en la mejora de la promoción de los caldos y en la mecanización. El resultado de todo ello “ha sido la calificación de excelente que han recibido los vinos de la cosecha del año pasado”.
Además, Nieto añadió que los años 2011 y 2012 han sido satisfactorios en la promoción del vino, liderando una nueva categoría en el mercado nacional al apostar por abrirse a los jóvenes. En este sentido, avanzó que en los próximos meses se hará una macropresentación del producto en Valencia, Madrid y Sevilla.
Por su parte, el delegado de la Junta en la provincia de Ciudad Real, Antonio Lucas-Torres, hizo la vino protagonista de su discurso, señalando que el sector vitivinícola es uno de los que ofrecen datos positivos en estos tiempos de crisis. Así, según la Cámara de Comercio de Ciudad Real, el 12% del vino español que se comercializa fuera de España se produce en la provincia de Ciudad Real habiéndose exportado 145 millones de litros de vino en los primeros seis meses. En ese sentido, señaló que desde el Gobierno regional impulsarán programas de promoción para los vinos en terceros países, como Estados Unidos, China o México.
En el acto institucional intervino, por segundo año consecutivo, el presidente de Feceval, Luis Miguel Molina, quien se refirió a la delicada situación que atraviesa el sector empresarial. Por ello, señaló que Feceval “es una apuesta por el futuro de Valdepeñas y la comarca” y en ello trabajarán junto a los ayuntamientos para impulsar proyectos para el desarrollo del tejido empresarial.
Molina apuntó que los empresarios “estamos por encima de nuestras posibilidades, tanto que muchas empresas están dando sus últimos pasos”. Pero, para que ello no sea así, el presidente de Feceval señaló que harían falta que se produjeran varios hechos. Por un lado, “que los políticos gobiernen con sentido de la responsabilidad, sin generar enfrentamientos entre ellos. Necesitamos estar unidos, ya que los empresarios no entendemos de colores políticos”. También sería necesario “que los bancos abran las fuentes de financiación, ya que el 100% de los empresarios tiene problemas para conseguir créditos”. Y, por último, haría falta “que los empresarios utilicen esa fuente de financiación para prosperar y crear empleo, y que los consumidores consuman”.
Por último, el alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín, cerró el turno de intervenciones asegurando que “no es éste el septiembre que me hubiera gustado saludar, ni éste el tiempo que me hubiera gustado vivir” haciendo referencia a la situación económica. “Soy consciente de que estas fiestas molestan a no pocos. A unos porque las ven cortas y a otros porque no tienen nada que celebrar”. Aún así, Martín aseguró que Valdepeñas está soportando la crisis “mejor que otras ciudades”. La tasa de paro ronda el 17%, lo que es “una barbaridad que se convierte en tragedia en Castilla-La Mancha y en la provincia de Ciudad Real, donde sobrepasa el 30%”.
No obstante, para Martín, “los valdepeñeros podemos estar satisfechos de nuestra ciudad” por los logros que se han obtenido en los últimos meses, como las nuevas entradas y salidas a la Autovía A4, los nuevos colectores del Plan de Tormentas, el Proyecto Urban que convertirá a la antigua Comisaría de Policía Nacional en un centro de formación, la recuperación de la Bodega de Los Llanos que verá finalizadas sus obras en diciembre o la ampliación de la Plaza de la Yenka.
Al finalizar el acto institucional, la asociación de folclore Fermento ofreció, como ya es tradición, el primer mosto a la Virgen de Consolación, patrona de Valdepeñas.
