jueves. 25.04.2024

Hay que combatir las causas del suicidio infantil

Triste sensación de impotencia nos suscitan las recientes noticias sobre suicidios infantiles en España. Ya en el periódico “Ecos del Sur” de Barahona (República Dominicana) escribía el 5 de septiembre de 2011, alarmado por la ola que afectaba a aquel país y aunque seamos muy diferentes, en lo social y cultural, las causas son muy parecidas .

suicidio

Se trata del SUICIDIO cada vez más presente en las noticias, afecta a niños, adolescentes o maduros. No es un problema nuevo en la Historia de la Humanidad, pero si ha sido muy considerable en los períodos de decadencia de las civilizaciones, desde la antigüedad clásica: griegos, romanos o egipcios…

Parece que se dan una serie de factores favorecedores de tan fatal desenlace que sume en la tragedia a muchas familias:

. Una situación social y económica difícil con muy pocas perspectivas especialmente para los más jóvenes.

. Una miseria cebada en las capas más humildes de la sociedad.

. Una búsqueda febril y enfermiza de una felicidad subjetiva que solo conduce a experiencias decepcionantes.

. Precocidad tanto en la vida sexual como en la formación de parejas inmaduras (sabemos que en R.D. afecta a un 23% de adolescentes).

. Pérdida de valores  en naciones que han estado muy influidas durante décadas por el catolicismo.

. Clima universal de mensajes pesimistas y miedo a un futuro próximo incierto, y muy cargado en el clima que motivan los medios de comunicación ante la problemática juvenil.

. Falta de líderes con autenticidad y ejemplaridad positiva.

Es como si una CULTURA DE MUERTE hubiera sustituido la CULTURA DE VIDA, llevando a muchos a una decadencia como seres humanos.

El gran filósofo ERICH FROMM designó “este fenómeno” como SINDROME DE LA DECADENCIA.

Juan Pablo II afirma (Evangelio de la vida.) “se desencadena una especie de conjura contra la vida, que afecta no solo a las personas concretas en sus relaciones individuales, familiares o de grupo, sino que va más allá llegando a perjudicar y alterar a nivel mundial, las relaciones entre los pueblos y los Estados".

Y en este trágico ambiente nos encontramos con personas que no han conocido la verdadera felicidad. Algunos actúan impulsivamente con comportamientos hacia la autodestrucción, caldo de cultivo del suicidio que hay que prever.

La irrupción en 1960 del mundo de las drogas alucinantes que favorecen el cambio en las conductas de las personas, provocando no solo alucinación sino que además  impulsividad y dependencia.

Esto lo tenemos ya aquí y nuestros jóvenes están muy próximos tanto en discotecas y como en ambientes de esparcimiento.

Hasta la marihuana que algunos propician su legalización, está probado que causa cambios en la conducta y en el pensamiento, en una sociedad cada vez más insatisfecha e infeliz.

Las personas que se quieren suicidar tienen como un plan que desgraciadamente funciona:

No  hay que dejarles solas, buscar apoyo médico especializado y lo más económico y efectivo: tratar de acercarla a descubrir de nuevo un sentido trascendental de la vida.

Los niños tienen que ser tenidos en cuenta, sus padres deben ser verdaderos amigos, que enseñan la felicidad gozando aún de las cosas más simples, jugando y compartiendo con ellos.

Nada hay más triste como el suicidio de un niño que es el mayor emblema de nuestro fracaso.  

Hay que combatir las causas del suicidio infantil