El debate que el lunes tuvimos la suerte de ver, merece alguna consideración, merece la pena interrumpir otros trabajos para pensar en voz alta. Simplemente eso, un pensamiento. ¿Quién dijo que los debates no sirven para nada? Falso. Los debates dejan al descubierto muchas connotaciones interesantes, muchos datos que sirven al elector para afinar más a la hora de elegir su papeleta.
La primera tentación después de todo debate, es preguntarse: ¿quién ha ganado? No. Es algo que se presta a la subjetividad. Lo normal es que se califique a través del color del cristal con que se mire. Y otra pregunta: ¿El debate puede decidir un voto? Es difícil evaluar una decisión de ese calibre. De todas formas yo me atrevería a manifestar que Rajoy movilizó poco voto. Rajoy tiene ya sus votos contados. Pero quizá Pedro Sánchez sí pudo movilizar a esos muchos desencantados o dudosos, para que vuelvan a su redil. Eso es más probable, porque esa gente quiere firmeza.
Pero no son estas dos preguntas, lo que me ha animado a escribir. Se trata de algo muy revelador. Los entendidos en sociometría, dicen que a veces el post debate, es mucho más elocuente que el propio debate. Por cierto: palabras del calibre de las que pronunció Pedro Sánchez y respondió Rajoy, se ha cruzado muchas veces, tan o más graves: no voy a recordarlas aquí. Con la sobreactuación que están imprimiendo desde el Partido Popular, están escenificando el reconocimiento de un gran error cometido; más por los asesores, que por el propio Rajoy.
Los sociólogos apuntan como primera premisa a la hora de preparar un debate, que hay que ir preparado para desestabilizar al contrario, y para que no te desestabilicen. El debate lo pierde quien pierde los papeles, y Rajoy los perdió. A partir del incidente que todos conocemos, Rajoy ya no fue capaz de centrarse, estaba desestabilizado. Pedro Sánchez le había ganado la batalla. Le había hecho perder los nervios, se le notó en la expresión y hasta en el color de la cara. Pero señores del PP, ¿Vds. no sabían, no tuvieron presente, a la hora de preparar el debate, a la hora de lanzar a Rajoy al ring, que le iban a sacar con toda su dureza el tema de la corrupción y el tema de las desigualdades? ¡Tan ingenuos son! Se han equivocado.