sábado. 20.04.2024

Traicionar a los muertos

Estaba estudiando con especial interés, cuestiones relativas al debate actual sobre “Un estado plurinacional”. 

Estaba estudiando con especial interés, cuestiones relativas al debate actual sobre “Un estado plurinacional”. Cataluña; sus fundamentos históricos y jurídicos; su estatuto de autonomía; nuestra Constitución; la comparativa con los demás estatutos de autonomía; los distintos estados federales que hoy conocemos… Lo estaba haciendo por satisfacer mi curiosidad, por aprender, y por escribir algo con cierto conocimiento. ¡Qué ingenuidad la mía!

Enfrascado en el estudio, oigo, veo, leo, declaraciones sobre este tema, de lo más peregrinas que mente alguna podría imaginarse. Algunos sectores políticos y mediáticos, no se han molestado mucho en estudiar el tema antes de hablar. O no tienen ni pajolera idea, o quieren engañarnos, o mucho más elemental: simplemente están en el juego estratégico de desprestigiar al adversario político. Y resulta que para eso no hace falta estudiar. Para ese objetivo cualquier cosa vale.

Para llegar a la conclusión de que los peces vuelan y los pájaros nadan no hace falta el estudio, ni la moderación, ni el sentido común. Da lo mismo ser moderado que radical; da lo mismo ser venezolano que bolivariano.

¡Ingenuo yo! No me daba cuenta de que algo evidente se me había escapado. Cuando estaba oyendo que “España se rompe”, me viene a la cabeza, la triste y falaz etapa de Zapatero. ¿Se acuerdan Vds. cuando Zapatero iba a vender la soberanía de España, cuando iba a regalar Navarra a los vascos, cuando el ex presidente Zapatero traicionaba a los muertos? Sí. Así de irresponsables.

Así se despachaban un tema tan delicado como el del terrorismo. Pero no importa si el objetivo es desacreditar al adversario. Como si temieran que Zapatero lograra acabar con ETA, -que acabó-, y por eso pusieron esa campaña en marcha. Ahora que Pedro Sánchez parece que tiene un plan para enfrentarse al desafío catalán, toca repetir estrategia: “España se rompe”. No renuncio a seguir estudiando, pero primero me veo obligado a denunciar algo que me parece, al menos, indecente.

Traicionar a los muertos