viernes. 19.04.2024

El desprestigio de las instituciones

Desprestigio
Desprestigio

A lo largo de la presente legislatura, hemos oído, al alcalde socialista Julián Nieva, quejarse por el desprestigio que, a su juicio, se produce de la institución municipal.

El motivo que esgrime son las reiteradas denuncias de continuas irregularidades por parte del gobierno local, que ha antepuesto el Portavoz de UPYD, Jerónimo Romero Nieva, ante instancias como el Defensor del Pueblo, la Fiscalía o los Tribunales, y ante el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno.

Sin embargo, quien desprestigia no es quien denuncia, sino quien incumple la ley, creyéndose por encima del bien y del mal. El desprestigio de las instituciones proviene del empeño reiterado del alcalde en el no cumplimiento de tiempo y plazos a la hora de la gestión municipal, del deliberado retraso de meses en la presentación de los presupuestos municipales, de los reiterados retrasos de años en la presentación de las Cuentas Generales y de quien retrasa años la actualización del inventario y registro de los bienes municipales. En definitiva, desprestigia las instituciones quien de manera consciente retuerce la realidad y asume como propios los logros de todos.

Desprestigia, por tanto, quien incumple los mandatos recogidos en la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno. Desprestigia quien desoye artículo 168 del Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo. Desprestigia que no hace lo establecido en el artículo 116 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las bases del régimen local. Desprestigia quien incumple lo establecido en artículo 33 del Real Decreto 1372/1986, de 13 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de Bienes de las Entidades Locales.

Acusar a Jerónimo Romero Nieva, y por ende a UPYD, de desprestigiar las instituciones solo por denunciar aquellos comportamientos del equipo de gobierno que sobrepasan la ley es como si Rodrigo Rato acusara a quienes lo han llevado ante los tribunales, de desprestigiar a la banca. ¿El señor alcalde cree que desprestigió UPYD las instituciones cuando denunció la estafa de las preferentes? El sentido común nos hace pensar que es justo al revés. Quienes más creen en las instituciones y por tanto no desean ver al frente de ellas a políticos que incumplen la ley, son aquellas personas que más valor aportan. Felipe González, el expresidente del Gobierno, ha demostrado estar en sintonía con esta forma de pensar mía, y ha acusado a Pedro Sánchez de desprestigiar las instituciones, precisamente por querer saltarse las leyes que regulan que los acuerdos interterritoriales han de hacerse en los Parlamentos, a plena luz, y no en cuartos oscuros con “relatores” danto alas a quienes creen que España es un estado opresor

Me consuela pensar que existen muchos Jerónimos dispuestos a denunciar la bajeza de las malas artes de la vieja política.

El desprestigio de las instituciones