viernes. 19.04.2024

En pleno siglo XIX  algunos estudiosos de la antigüedad y seguidores de las teorías evolucionistas consideraron la cultura egipcia como la más “absurda” de todas ¿A qué se referían cuando realizaban estas afirmaciones? Para poder explicar este fenómeno tenemos que remontarnos a uno de los periodos más prósperos del Egipto de los faraones.

Bajo el reinado del rey Amenhotep III (Amenofis III) el reino del Nilo alcanzó unos niveles de consolidación económica sin precedentes. Fue uno de los mayores constructores del Antiguo Egipto. Enriqueció el país en todos los sentidos gracias al apuntalamiento político y religioso que sus antecesores habían establecido tras la unificación del país bajo el reinado de Amosis, los nuevos lazos comerciales con la reina Hatshepsut y la expansión del reino con Tutmosis III.

Este monarca tuvo varios hijos entre los que se encontraba Amenofis (Amenhotep). Amenofis fue un príncipe que se crió en Tebas. En aquel periodo el culto principal de la corte era Amón. Tras la muerte de su padre subió al trono con el nombre de Amenhotep IV*. Pero ¿Qué sucedió en este periodo para que este monarca pasara a la historia como el rey hereje?

En primer lugar me gustaría recordar al lector que este episodio de la historia del AE es muy confuso. Lo que sí sabemos es que Amenhotep cambió su nombre eliminando Amén, Amón, para llamarse Akhenatón, en clara alusión al nuevo rey estatal Atón. Trasladó la capital de Tebas a Akhetaton, situada en la actual Tell el Amarna en el centro del país.

egipto 1

Ordenó el cierre de todos los templos pasando a centralizar el culto a la divinidad atoniana. Aunque hay que decir que muchos autores afirman que esto realmente no sucedió y que dio libertad de culto hacia otras divinidades pero lo que está claro es que se suprimió Amón de la esfera Real.

Incluso el arte cambió. Podríamos decir que en reinado de Sesostris II del Reino Medio, el monarca apareció por primera vez saltándose los cánones artísticos establecidos ¡El rey se representó envejecido! Hoy en día esto sería normal, pero en el Antiguo Egipto el rey era un dios, y como tal, era  imperecedero.

En el reinado de Akhenaton se fue más allá. Por primera vez en la historia del AE el rey aparecía en escenas familiares jugando con sus hijas, acariciando a su enigmática mujer Nefertiti y con unas extrañas malformaciones que hoy en día siguen suscitando controversias entre los expertos. Se ha considerado el rey padecía enfermedades como el Síndrome de Marfam, pero todo apunta que estamos delante de una verdadera revolución en todos los sentidos, es decir, más que representar al rey con una posible enfermedad parece que lo que se pretendía era una estilización divina hacia el disco solar de Atón.

egipto 2. nefertiti2 (Copiar)

Tras la muerte de Akhenatón la estructura que había montado se desmoronó en cuestión de pocos años.  No se sabe a ciencia cierta si su esposa Nefertiti, bajo el nombre de Neferneferuatón continuó durante un periodo corto el legado de su esposo. También se especula que el sucesor de Neferneferuatón, Semenejara , se trataba de la misma persona o de un cortesano o visir que ostentó el trono durante unos meses. Lo que sí es cierto es que el siguiente en subir al trono, Tutankamon, restableció el orden trasladando de nuevo la capital a Tebas, abriendo los templos de Amón y cambiándose el nombre de nacimiento de Tutankaton por el de Tutankamon…pero esto ya es otra historia.

Y ahora os preguntaréis por qué algunos estudiosos del siglo XIX llegaron a afirmar que la civilización egipcia fue la más “absurda” de todas. Pues si nos remontamos al periodo evolucionista con influencias religiosas muy marcadas, la cultura egipcia pasó de ser una abominación religiosa-cultural que practicaba el “politeísmo”, que en un periodo en concreto volvió a la normalidad transformándose en una sociedad monoteísta y que volvió al abismo de la irracionalidad politeísta…

Hoy en día, por suerte, estas teorías nadie las contempla. La  evolución de la cultura egipcia fue cambiante debido a las situaciones socio políticas que se desarrollaron en el país a lo largo de 3000 años. Este periodo del que hoy he hablado fue un episodio puntual que duro unos 23 años. Simplemente estamos delante de un acontecimiento personal de un rey que, posiblemente por influencias externas, decidió cambiar los designios de su país pero el peso de la tradición de miles de años acabó por enterrarlo.

Historias del Antiguo Egipto. Akhenaton, El rey hereje