jueves. 28.03.2024

Internet ha revolucionado nuestras vidas no como sentencia, sino como una afirmación incontestable. Desde cualquier pequeño trámite que se nos pueda ocurrir hasta la compra del producto más complejo y difícil de hallar en el mercado. Y, con ello, la empresa también ha evolucionado. Cultivando necesidades que van des del marketing y el dropshipping hasta el codiciado posicionamiento SEO.

Revolución en Internet

Como no podría ser de otra manera, la vorágine de cambios que confiere Internet a nuestro modo de vida afecta incluso al más mínimo detalle. Desde el trámite bancario más sencillo, o la adopción de una mascota, hasta cualquier tipo de compra imaginable. Las posibilidades son infinitas y, gracias a tal envergadura creativa, son muchas las personas que han dado en el clavo con innovadoras ideas que han revolucionado por completo el comercio. Recordando algunos de sus grandes hitos, no hace demasiado tiempo que la mayor distribuidora de productos por Internet de la A a la Z era tan sólo una plataforma para adquirir libros online. Aunque hayan pasado más de 20 años desde entonces, el gigantesco salto de la empresa en la red es inenarrable.

Hoy en día, existen términos como el dropshipping que, a pesar de que nos suenen a algo muy complejo, son en realidad grandes soluciones que se retroalimentan mediante Internet. Siguiendo el mismo caso, el dropshipping consiste en un método de envío de productos minoristas donde la tienda ejerce como intermediaria entre un tercero y el cliente. O, en otras palabras, un modo de facilitar la gestión y la administración de ciertos negocios online mediante una tienda dropshipping profesional para tu negocio que facilite el curso natural del comercio. Útil, además, para poder brindar al cliente productos fuera de stock de la propia tienda a través de la compra a un tercero. Y lo más sorprendente es que este es tan sólo uno de los entresijos del comercio en la red.

Marketing offline y online

Otro punto a destacar de las nuevas modalidades de negocio a través de Internet es el interesante mundo del marketing. También conocido como mercadotécnica, aunque siendo éste un término que se ha venido a menos, el marketing consiste en la generación de una experiencia a fin de que el cliente cate nuestro producto. Hablando en plata, se trata de un anzuelo que, si bien es publicitario, a menudo ni siquiera anuncia el producto en sí. En el marketing offline, fuera de la red, las estrategias son de todo tipo y de un modo que a menudo pasa de forma imperceptible, pero que está ahí. Tomando un ejemplo sencillo, un recurso del marketing offline sería perfumar un supermercado con la fragancia de una reconocida marca de perfumes para después, cuando ya estamos en la caja, encontrarnos con dicho producto ahí mismo.

El marketing online, sin embargo, debe servirse de recursos más distintos, dado que la posibilidad de apelar a la sensorialidad no es una opción plausible. Con frecuencia, el éxito y fracaso de un negocio online dependen justamente de su inteligencia para con la publicidad de su producto. Existiendo, del mismo modo, un sinfín de posibilidades de marketing online, el llamado storytelling es uno de los recursos más solicitados. Traducido como “explicación de una historia”, esta modalidad consistiría en crear una ficción para promocionar un producto tratando que el cliente pase por la página web que lo vende. Además, esto podría llevarse a cabo con transmedialidad, es decir, mediante distintas plataformas. Como, por ejemplo, emitir por televisión parte de un cortometraje de humor que, quedando a medias, invita al espectador a seguir la historia en la red.

El truco radica en que la continuación de dicha historia tan sólo será posible accediendo a la página de la marca en cuestión. Tratándose ya de un punto a favor por parte de la firma si, finalmente, accedemos al contenido, la misma marca puede haber incorporado muchos de sus productos en el mismo cortometraje. Sin quererlo, nuestro cerebro ya estará engullendo dicha información para después, en caso de curiosear los productos que vende la marca, sentirnos inexplicablemente atraídos por algunos de sus artículos. Básicamente, el marketing se extiende aquí como un ejercicio de misterio y persuasión.

Destacar en la red

Otro punto destacable del negocio online es el llamado posicionamiento SEO, pero antes de abordarlo, es preciso entender un poco acerca del ecosistema de la red. Cada minuto, sólo en Internet, se realizan casi 4 millones de búsquedas, se visualizan 4,5 millones de videos y se mandan casi 200 millones de correos electrónicos. Y a ello sería preciso sumar la cantidad de páginas y tiendas online que se crean cada 60 segundos, lo que nos llevaría un cálculo que, año tras año, sería mayor que el anterior. Por ende, destacar en la red es una tarea muy difícil. No se trata tan sólo de ofrecer un buen producto, ya que existen miles de tiendas que ofrecerán el mismo e incluso mejor. Se trata, en realidad, de saber cómo extender los tentáculos del producto en la vastedad de Internet.

Es aquí donde entra el concepto de SEO, u optimización para los motores de búsqueda. Ello consiste en un proceso mediante el que dar a los buscadores de Internet aquello con lo que poder trabajar para aumentar nuestra visibilidad. En ese sentido, Internet antecede las páginas web, aunque huelgue decir que las que poseen más visitas, que muestran más imágenes, vídeo y contenido que, por tanto, resulta favorable para su presencia y mayor duración o permanencia en la página. Si nuestra página se sitúa en una buena posición del “ranquin” de la red, será más fácil para otros usuarios encontrarnos. Incluso evitando de este modo la necesidad de introducir nuestra dirección y siendo tan sólo necesario escribir el producto que el usuario busca y que, por suerte, nuestro negocio ofrece.
 

La empresa en Internet: desafíos y posibilidades