jueves. 28.03.2024
CULTURA

Antonio Ruiz López de Lerma: “Decididamente no tengo la disciplina del escritor de novelas”

Antonio Ruiz López de Lerma es un valdepeñero que desde muy niño, aún descubrió que estaba destinado a escribir poesía “…porque Dios al nacer me hizo poeta/ este pobre designio de la suerte”. Profesor de matemáticas, durante años, puso punto y final a la docencia en un Instituto en Valdepeñas, para dedicarse exclusivamente a la creación literaria. En breve, su último libro de poesía “Apuntes junto al Mar de la Memoria” verá la luz en Ecuador y en advaldepeñas le hemos entrevistado. 

“Apuntes junto al Mar de la Memoria” ¿es tu último libro?

Será, sí, mi última publicación por ahora. Es una antología, la segunda  -la primera fue editada en Ceuta en el año 1986- que recopila poemas de los libros que podríamos catalogar como de mi segunda etapa de poeta junto a otros diecisiete inéditos hasta ahora. He recogido versos de “Paisaje en gris”, “Con el color del mar”, “Una moneda de sombra para un sueño”, “Plaza de Mayo”, parte del contenido de mi CD “Balada de septiembre“, 12 de Mayo” y “Un camino a poniente”. Esta publicación es una gentileza del Club Rotario de Quito, con el que tengo una muy buena relación. Hace dos años me invitaron a dar un recital de poesía en esta hermosa capital hispanoamericana, de la que guardo un gratísimo recuerdo y donde tuve un exquisito trato por parte de los medios informativos y el privilegio de conocer a Rosa Amelia Alvarado, importantísima poeta de Guayaquil con quien intercambié ideas y libros. A partir de entonces, surgió la idea de publicarme un poemario allá. He creído oportuno ofrecer en él una selección antológica para que quien lo lea, pueda tener una idea de cual ha sido mi trayectoria poética.

¿Por qué ese título?

Mira, el mar, para mi es la eternidad y me gustaría que mis versos quedasen en su azul  acabado el camino. Además, el mar forma parte de mi paisaje cotidiano, suele “asomarse” con frecuencia a mis poemas y me ofrece  a menudo su arrullo como fondo mientras escribo. Junto a la arena que besa de forma permanente, se va quedando, creo, la memoria de mis cosas.

¿Lo vas a presentar aquí?

Me encantaría. De momento, esperemos a darlo a conocer en Quito; luego veré la forma de compartirlo con  quienes siguen lo que escribo, tanto aquí como en Andalucía.

¿Cuánto tiempo has tardado en escribirlo?

En seleccionar poemas, ya publicados, no suelo tardar mucho, en cuanto a los inéditos forman parte de la obra escrita a los largo de dos años, de la que he escogido lo que me ha parecido más idóneo para esta ocasión.

¿El mar es el protagonista de tu libro?

No, lo del título es metafórico, aunque el mar esté en él. Ya te dije antes que, para mí, el mar es la eternidad. Cuando Paquita y yo tomamos la decisión de vivir al lado del mar, Ya sabes que vivo en Fuengirola desde hace años, recibí incluso la broma de algún amigo “…si tu eres de secano”. Pero para mí el mar es la inmensidad, es el origen y el final.

¿Por qué no eres poeta, que no profeta en tu tierra?

Nunca me he cuestionado lo de ser profeta en mi tierra, sí puedo decir, con satisfacción, que cuantas veces he convocado a mis paisanos para compartir mi poesía con ellos, he tenido la sala totalmente llena; poeta lo soy siempre y donde quiera que esté. Sí debo reconocer que, por el defecto que siempre he tenido de no callarme ni debajo del agua, los mediocres, entronizados en su poltrona de soberbia, hacen intentos de condenarme al silencio. Mira, te contaré algo. Este libro estuvo en Ciudad Real, alguien me reprochó, cariñosamente, que no lo diera a publicar, antes que a nadie, a mis paisanos manchegos. Lo recibieron, según supe, con mucho interés.  Y no se publicó; no había fondos, la crisis, los recortes, ya sabes. Bien es cierto que poquísimo tiempo después si que se hicieron otras publicaciones, debió ser que la diosa fortuna se decidió a bendecir las menguadas arcas mediante alguna lotería. La experiencia no era nueva,  -ya me sucedió algo parecido cuando comencé a pensar en publicar “Plaza de Mayo”, aunque en aquella ocasión fuera en Valdepeñas, a la que quise ofrecer la primicia, aún teniendo una oferta en Argentina, donde no había fondos, curioso, siempre ha sido alguna administración socialista, la que se hallaba en la penuria y a la que siempre ha socorrido en corto espacio de tiempo la citada diosa fortuna-  Yo creo más bien que la  negativa se debió, a que el libro contenía y contiene un poema homenaje a Miguel Hernández, “políticamente incorrecto” que no debió gustar, y del que me siento especialmente orgulloso -Claro que, como puedes ver, donde se cierra una puerta de servicio se abre una puerta principal-.  Invito a leerlo a quienes tengan curiosidad por conocer su contenido:

http://aruizldelerma.blogspot.com.es/2008/12/algunos-poemas-recogidos-en-diversas.html

Es duro, claro, pero, yo, que soy un romántico incorregible, pienso que los demócratas deben aprender a aceptar tanto las alabanzas como las críticas

¿Dónde se puede conseguir este libro?

De momento, los versos inéditos que contiene  están en mi blog: http://aruizldelerma.blogspot.com.es/. Cuando el libro esté en la calle, allí en Quito, lo “colgaré” completo para que pueda leerlo quien lo desee, mientras se presenta  aquí.

¿Por qué crees que actualmente la poesía no está tan valorada, que es para minorías?

Efectivamente, la poesía es de minorías y quizá debiera decir afortunadamente. Sí es cierto que he podido observar que en Hispanoamérica hay más gente interesada  en ella que aquí en España, quizá porque acá tenga mejor acogida  el otro tipo de literatura, el que se publicita a diario como otras tantas cosas de esta sociedad de consumo, quizá porque nuestra sociedad esté más materializada cada día, o porque sea más interesante dedicar el tiempo a ver programas de televisión basura con enormes índices de audiencia. No lo se, sólo suelo preguntarme ¿Se está perdiendo el buen gusto?.

¿Has pensado escribir alguna novela?

Tengo escritos, multitud de relatos, publicado un libro de ellos, e incluso, iniciada una novela hace tiempo, que no se si llegaré a terminar. Decididamente no tengo la disciplina del escritor de novelas.

 

 

 

 

 

 

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