Los ladrillos analizados aparecieron, según ha asegurado Candelas, en el año 2.002 “en un derrumbe muy bien formado dentro de un pequeño pórtico que fue quemado”. Para la también arqueóloga, “la excavación fue dificultosa porque hay que distinguir tierra de tierra y hay que tener cierta experiencia en este tipo de excavaciones”.
Durante la actividad Candelas ha explicado a los asistentes a esta actividad el proceso de elaboración de los ladrillos, las formas de excavación y de restauración de los mismos, diferentes técnicas en tierra y las que se encuentran en el propio yacimiento. Además, también ha realizado una pequeña retrospectiva del ladrillo de adobe.
El ladrillo de adobe es una solución técnica económica y ecológica que se generalizó durante toda la Prehistoria y que incluso llega hasta nuestros días. Se elabora con materia vegetal mezclada con barro y arena, secándose posteriormente al sol.
La encargada de explicar esta pieza del mes ha querido poner en valor las viviendas ecológicas ya que se está volviendo a utilizar el adobe para construir este tipo de estructuras, algo que para Candelas significa que “el hombre vuelve a la tierra”.
Por último, la arqueóloga ha realizado un pequeño juego con los asistentes que consistía en que éstos tenían que identificar cómo eran de grandes los dedos de la persona que realizó los ladrillos ya que en uno de ellos aún se conserva el lucido de cal y las huellas de la personas que los hizo.
Para quienes hoy no hayan podido ir y quieran hacerlo, esta actividad se repite el próximo viernes 3 de junio. Los interesados deben inscribirse en el Centro Cultural “La Confianza” llamando al teléfono 926 32 92 00 extensión 167 o a través del correo electrónico [email protected], con un máximo de 25 asistentes cada semana.
