¿Qué es 'Mitad y MItad'?
Es un espectáculo que lo subtitulamos con 'Una comedia de muerte' y rozamos eso que llamamos ahora 'humor negro', que nos ponemos un poco al borde de la muerte, de la muerte de risa porque el público se ríe desde el minuto uno.
Somos dos hermanos de distinto padre y de la misma madre y somos de carácter muy diferente también. Mi hermano mayor se quedó al cargo de mamá que sufrió una embolia y está postrada en la cama desde hace 15 años y yo he sido más despegado de la familia. Incluso, con los azares de la vida he metido en negocios sucios y extraños. En esta noche interminable que contamos en la obra me llama mi hermano y me dice que mamá no se mueve. Entonces, como en casi todas las familias españolas, empezamos a pensar en la herencia y el testamento. Esa noche los dos hermanos ponen las cartas sobre la mesa y descubren que mamá no es tan mamá como creíamos, es más bien un alien. Es verdad que mamá no hay más que una pero ¿y si te sale mala? Total, que decidimos darle un empujoncito porque nos hace falta a los dos y matar no es fácil. Y a una madre mucho menos.
Son dos personajes que parecen el payaso tonto, que es mi hermano, y el payaso listo, que soy yo, pero ni el tonto es tan tonto ni el listo es tan listo. Se ve al final.
Se plantean situaciones surrealistas como estos dos hermanos que quieren matar a su propia madre. ¿Es éste un tema que sólo vemos en una obra de teatro o algo que también puede verse en la realidad?
Creo que la cercanía con que el público nos recibe es porque es una realidad. No es una realidad que todo el mundo quiera matar a su madre pero sí que es cierto que cuando llega la hora de repartir una herencia en las familias, siempre salen situaciones parecidas, es algo más común de lo que vemos. Es un poco el egoísmo de la gente, los trapos sucios de las familias, es algo muy normal.
¿Es la obra un reflejo de la sociedad actual con el trasfondo de la crisis económica?
Sí, son dos personas muy normales, muy españolas en el sentido de que ellos pueden tocar la muerte pero con mucho recelo, con supersticiones y todo. Es algo muy nuestro.
¿Por qué nos hacen tanta gracia las desgracias ajenas?
Porque el humor tiene una fórmula que es tragedia más tiempo. Por ejemplo, te rompes una pierna cayéndote de la escalera y eso es una tragedia. Pero al cabo de unos meses pasa a ser algo así como: "Menuda hostia que me dí, luego me pasé dos meses tumbado en la cama; ahora, qué bien me vino". Y eso son los comentarios y los escuchas y son así. La risa más explosiva es la que está prohibida y ocurre en muchos entierros y velatorios de nuestra tierra en los que uno acaba contando chistes. Esa risa prohibida, en la que no puedes reír, es la más sincera, la más de verdad, la que más viene de adentro.
¿Puede ser esa risa y el humor el mejor medicamento para sobrellevar la situación de la sociedad actual?
Es díficil, yo no tengo la tecla. La risa es una forma de sobrellevarlo. Eso necesita medidas sociales y económicas y en eso no entramos en este espectáculo. La risa es un bálsamo, aunque también a veces es un hilo muy fino de denuncias. Cuando vemos los telediarios, son todo desgracias y casi que ya ni le echas cuenta. Entonces, utilizando el humor como arma puedes llegar a más sitios. Pero solamente como evasión, quien quiera tomarse el espectáculo como evasión, también la tendrá.
¿Qué ha supuesto tu reencuentro con Pepón Nieto, después de haber trabajado tanto tiempo junto a él en 'Los hombres de Paco'?
Nosotros, de broma, comentamos que hemos estado ensayando este espectáculo cinco años, que fueron los cinco años de 'Los hombres de Paco'. Este espectáculo es de confiar mucho en tu compañero, de conocerlo mucho, y Pepón es una persona muy solidaria en el trabajo y muy responsable también. Y yo creo que la buena relación que tenemos entre nosotros es algo que llega al patio de butacas y la gente lo nota.
Estáis arrasando con 'Con el culo al aire'. ¿Qué te está aportando esta serie?
Me permite afianzarme en el medio de la televisión. Hemos tenido una gran suerte de contar con un elenco muy bueno de actores, muy coral, donde trabajamos muchos. Y hacer una serie es un entrenamiento del día a día, de hacer las cosas lo mejor que sabes. No es una película ni dos al año. ¡Quién las tuivera! Pero sí es un riesgo diario que anima y que me gusta. Y sí, es cierto que está teniendo mucho éxito pero a mí me gustaría dar un toque de atención a las televisiones nacionales. Si vemos más series nacionales y apostamos más por las series nacionales, mejor sabremos hacerlo actores como nosotros.
Por último, ¿cómo animarías a que la gente fuera al teatro a ver 'Mitad y mitad'?
Les diría que después de la función van a salir mucho más guapos porque la sonrisa durante una hora y media hace que tu cara quede muy relajada. Así que les diría que vengan, que van a salir más guapos del teatro.
