El acto, que se celebró en el Auditorio Francisco Nieva de Valdepeñas, comenzó con la lectura de un texto recitado sobre el vino y sus distintos usos y visiones de los mismos a cargo de los miembros de El Trascacho Julián Gómez, Julia Cejudo y Raquel Gómez. Tras la misma, Julián Gómez presentó al exaltador del vino nuevo, José Lillo Galiani, del que hizo una semblanza y trayectoria profesional.
“Lillo es uno de los exponentes de la escultura castellano manchega de las últimas décadas. Ha compaginado su labor docente con la producción artística. Sus obras ocupan numerosos espacios públicos en distintas localidades de la región y sobre todo en su ciudad natal, Valdepeñas. Ha realizado más de medio centenar de exposiciones individuales de su obra en todo el país y participado en muestras colectivas en Bruselas, Roma, Tokio y Ámsterdam. Sus esculturas han sido seleccionadas en un buen número de certámenes en ciudades españolas. Desde hace cinco años escribe una columna sobre “El arte y los artistas” en el Semanario comarcal JARAIZ. 250 artículos que ha publicado en dos volúmenes. Es también autor de varias obras de teatro, que ha montado y dirigido con el grupo “Bambalinas” que él mismo fundó. En el campo de la narración, Lillo ha publicado en 2014 Ocho relatos enlazados con arte, del que se prepara una segunda edición y que ha sido distribuido, entre otras importantes librerías, en la Casa del Libro en Madrid y en el Corte Inglés; también se encuentra en versión digital en Apple, Google y Amazon”, explicó Gómez.
Para Lillo el “vino es inherente a la humanidad desde la infancia del mundo” e hizo un repaso del mismo contando anécdotas de la época de Jesucristo y sus apóstoles, una historia que le contaba su padre, pasando por la fábulas de Esopo y sus moralejas, los grandes artistas clásicos de la escultura, la poesía y la pintura, el efecto en el hombre cuando se excede con esta bebida, con toques de humor, para terminar con aquellas palabras relacionadas con el estado de embriaguez que provoca el vino en el ser humano. Finalmente, hizo mención a Andrés Cejudo, caporal de El Trascacho, para quién tuvo palabras de recuerdo y afecto.
Tras la intervención de José Lillo, el anterior pregonero, el historiador Carlos Chaparro, le entregó varios regalos por su intervención y actores del grupo dieron la bienvenida al vino nuevo ofreciéndolo a los asistentes.
Finalmente se entregaron los premios de poesía y cada uno de los premiados recitó su poema no sin antes brindar con el vino nuevo.
Premiados
El Símbolo Cencibel, Presentación Pérez González, de Ciudad Real, que participó con el poema “Y tu luz habitó en el rojo de mi sangre”.
El Símbolo Jaraíz, Mariano Lizcano Ramos, de Alcázar de San Juan, autor del poema premiado “Por unos ojos”.
El Símbolo Chilanco, Juan Pedro Carrasco García, de Valdepeñas, que presentó el poema “Razón de vida”.
El Símbolo Pámpanas Amarillas, Julia Flores Arenas, de Villarrobledo, por su poema “Amor de flor y uva”.
El Símbolo Vino Nuevo, María Antonia García de León Álvarez, de Madrid, autora del poema “Aqua originis”.
El exaltador del vino nuevo en 2014, José Lillo, es precisamente el autor de los Símbolos que se entregaron a los autores premiados; pequeñas esculturas alegóricas al nombre de cada Símbolo.
