La responsabilidad se mide en grados
Con poco tiempo me piden que escriba un saludo para estas fiestas que llegan. Pienso en la cantidad de asuntos que podría mencionar: la calidad musical que hemos disfrutado y la que vamos a escuchar, jóvenes cada vez más jóvenes con un vaso de calimocho, baños públicos y esquinas que hacen sus veces de baños públicos, campañas para un consumo moderado de alcohol, por cierto, la última presentada creo que acertada o al menos, adaptada a la forma de comunicación impersonal que está caracterizando nuestra generación.
Al final, por poco o por muy acertada que sea una campaña de concienciación dudo sobre la utilidad de la misma, más allá de una foto y un cartel gracioso.
De poco sirve que la diversión no se mida en grados o que para divertirse no haga falta beber, porque no ayudará a un consumo moderado de alcohol, al menos no significativamente.
Esa responsabilidad hemos de asumirla como un proceso continuo, algo que empieza mucho antes de Septiembre y acaba mucho más tarde que el día 8.
Disfruten de las fiestas y háganlo con moderación, que la responsabilidad sí se mide en grados.