Más de 50 niños se daban cita, sobre las seis de la tarde, en la Plazoleta del Convento para participar en un juego cuyo objetivo es que los pequeños tengan cultura vitivinícola. Un juego similar al clásico de la Oca, con pruebas adaptadas al vino, la vendimia y la uva, con casillas y fichas para todos los equipos participantes, siete en total, en un ambiente lúdico-festivo.
Victoria Barchino, de la concejalía de Educación, explicaba lo que se pretendía con estos juegos: “queríamos que en estas fiestas hubiera actividades educativas para los más pequeños, se trata de un juego que tiene una metodología lúdica y divertida con pruebas muy parecidas a las clásicas de Yincana, todas ellas relacionadas con la vendimia, el vino y la uva”.
Pruebas en las que se hacían preguntas a los niños relacionadas con la uva, o buscar uvas dentro de una bandeja de harina, pescar corchos para trabajar el embotellado, simular la vendimia con una capacha, coger con la boca uvas de un racimo colgado en cuerdas.
Desde los Jóvenes Amigos del Vino, Ainhoa Méndez López destacó la colaboración que cada año esta asociación viene realizando con el Ayuntamiento en el área de actividades infantiles. “Estamos muy satisfechos con la acogida que está teniendo y lo vemos en la respuesta que hay, que los niños se lo están pasando bien y que aprenden la cultura del vino”, indicó Méndez.
Ambos organizadores consideran que es una actividad que puede llegar a consolidarse sobre todo porque hay muy pocas actividades para niños en las Fiestas del Vino. La educación y la prevención son la base de este tipo de actividades que se centran sobre todo en la vendimia y el mosto.
Por su parte, Amalia Moreno, Presidenta de los Jóvenes Amigos del vino, hizo hincapié en que este tipo de actividades debe continuar en el tiempo. “El tema del vino y de las bodegas está bien, pero hay que resaltar la viña, que es nuestro pulmón, nuestro medio de vida, nuestro paisaje. Los padres deben sacar a los niños fuera, con la mochila y la merienda, llevarlos al viñedo y que aprendan a amar la viña y nuestro ecosistema. Igual que les enseñamos a plantar árboles, que aprendan a plantar viñas”, recordó Moreno.
Una tarde divertida en la que los niños de Valdepeñas fueron recompensados por su participación con un pack de pinturas, lápiz y sacapuntas.
