domingo. 19.05.2024
GASTRONOMíA

Setenta personas disfrutaron de la primera Conferencia Cata del año, de los Jóvenes Amigos del Vino

La Asociación de Jóvenes Amigos del Vino de Valdepeñas celebró su primera actividad del año con una Conferencia Cata en la que participaron 70 socios, con límite de plazas, para conocer de primera mano los vinos de la zona de Manchuela, de la mano del periodista y bodeguero de la zona, Víctor de la Serna.

Para Ainhoa Méndez, presidenta de los Jóvenes Amigos del Vino, se trataba de buscar algo original y que llegara a Valdepeñas de la mano de un personaje que aportara ideas distintas dentro del mundo del vino: “Pensamos en Víctor porque consideramos que era el apropiado para la primera conferencia y para degustar vinos diferentes de la Mancha y por supuesto le agradecemos que esté aquí. Igualmente, hemos tenido que limitar las plazas, pero si sale bien, intentaremos repetir”.

En el año 1998 Víctor de la Sena fundo la bodega Finca Sandoval, desde donde comercializa sus vinos: SALIA, SIGNO Y FINCA SANDOVAL, vinos que tienen el sabor especial que les da la variedad de uva Bobal típica de la zona de la manchuela, y que fueron catados por los 70 socios de la Asociación Jóvenes amigos del vino que ayer tuvieron el privilegio de asistir a esta conferencia cata.

Víctor de la Serna, es periodista, adjunto a la Dirección del diario El Mundo,  Lleva más de 30 escribiendo de vino en periódicos y revistas como El País, Diario 16 y El Mundo, entre otros. Ha obtenido dos veces el Premio Nacional de Gastronomía (al periodismo gastronómico y a la difusión del vino español en el mundo) y es miembro de la Academia Internacional del Vino, de la Real Academia Española de Gastronomía.

Vinos de Manchuela, que provienen de una zona más alta, más accidentada, de tintos más que de blancos y con cierta personalidad, tal y como los definió el periodista y bodeguero, Víctor de la Serna quién también señaló que en esa zona no tienen casi nada de uva airén: “Tenemos una uva autóctona muy interesante que es la bobal, además de otras  variedades curiosas que tienen cierta personalidad y aunque es poco conocida ya se usa para embotellar vinos”.

De la Serna recordó como Manchuela tenía una gran reserva de graneles tintos que hasta hace 12 años muy pocas bodegas embotellaban. Hoy eso ha cambiado y esos vinos ya embotellados son de los más interesantes a la hora de exportar y de reconocido prestigio como es el caso de los que se presentaban.

Según este experto en vinos, muchas son ya las pequeñas bodegas que intentan sacar adelante los vinos de la zona, con poco capital, pero vinos de gran categoría y muy reconocidos internacionalmente: “Es una lucha, somos muy modestos, producimos poca cantidad, muy artesanal y nos esforzamos en todo, desde la viña hasta el último momento, pero la satisfacción es que la gente aprecie tus vinos en sitios muy diversos, como por ejemplo, en China, Méjico, Suecia, Barcelona. Y algo bueno habremos hecho cuando es así y te dicen que no se parece a ningún otro vino del mundo, que lleva el sello de su procedencia, pero que no se traduce en fantásticos resultados económicos”.

En cuanto a los sabores, de la Serna, explicó que su idea es hacer vinos distintos basados en una vieja tradición de toda la Europa del Sur, de calidad y no varietales: “No son vinos cien por cien de una sola uva, porque nuestras viñas son mezcladas, cultivamos diferentes castas y mezclamos hasta 7 diferentes, de las cuales 5 son autóctonas y dos de fuera, Portugal y Francia. Con esas castas esperamos que traduzcan el suelo de forma distinta”. El suelo de Manchuela es de caliza y viñas altas de 800, 900 e incluso 1000 metros de altitud que dan vinos de potencia propia, frescos, sin pesadez, con sabor a terruño, caliza y limpios: “Nuestros vinos no están enmascarados de trucos, levaduras y mucha madera, eso lo intentamos evitar”, añadió de la Serna.

Setenta personas disfrutaron de la primera Conferencia Cata del año, de los Jóvenes...