En París, la eterna ciudad de los enamorados, puedes vivir la más bonita historia de amor solamente paseando por los Campos Elíseos, recorriendo el Sena de la mano de tu pareja y contemplando el atardecer junto a la Torre Eiffel. Pero París ofrece a los tocados por Cupido multitud de rincones y espacios especiales en los que reabrir tu corazón. Uno de ellos es el barrio de Montmartre, un bohemio escenario lleno de pintores y artistas por aquí y por allá y coronado por la Basílica del Sacre Coeur, un barrio en el que pintores y escritores se juntaban en los años veinte y treinta del siglo pasado para enamorar con sus palabras a las parisinas del momento. Por ello, se convierte en la zona ideal para, bajo la luz de la luna y las estrellas en el balcón de tu alojamiento, le hagas la declaración de amor más bella jamás dicha.
¿Y qué decir de Venecia? Su Gran Canal, su arquitectura nobiliaria a lo largo del mismo, la Plaza de San Marcos o el Puente de Rialto son lugares perfectos para arrodillarte de frente a tu amado o amada y declararle amor eterno. Pero, si de verdad quieres volver a encender la llama del amor en el corazón de tu pareja prepara una ruta que comience por el antiguo barrio judío, continúe con un paseo en vaporetto viendo algunas de las obras maestras de la arquitectura de la isla, como Santa Maria della Salute, y termine con un paseo en góndola cuya última parada será la habitación de vuestro alojamiento en las cercanías de la céntrica Plaza de San Marcos, donde tendrás preparado un agradable baño de sales y espumas marinas solo apto para enamorados.
En esta pequeña lista de destinos románticos no puede faltar la caribeña República Dominicana. Un paraíso en la tierra en el que los únicos protagonistas seréis vosotros dos. Puedes optar por preparar una excursión en catamarán desde Punta Cana a Isla Saona, un lugar habitado exclusivamente por pescadores, contratar una salida a caballo a la Cascada Salto del Limón atravesando la selva, como hacían en el Medievo los caballeros y sus damas, o pasear por las calles de Samaná, un encantador pueblecito de casas de colores. Ya sea en Punta Cana, en Samaná o en cualquier otro lugar, no dudes en ayudarte de algunos sitios locales de anuncios de apartamentos en alquiler. Seguro que encuentras la solución que más se adapte a los gustos y necesidades tuyos y de tu pareja para hacer de esta escapada un viaje digno de grandes películas de amor como La Reina de África o Casablanca.
A pocos metros de la Costa de Dalmacia, y formando parte del archipiélago de Sjoljici, se encuentra la llamada Isla del Amor o sea la isla de Galesnjak. Un lugar idílico, deshabitado que tiene 500 metros de diámetro y pertenece al empresario Vlado Juresko. En la isla vive hoy una colonia de liebres y algunas águilas y halcones que acuden a cazarlas. El empresario se propuso hacer de ese sitio el lugar ideal para celebrar San Valentín. Esta isla lleva su nombre porque en su interior tiene una piscina natural en forma de corazón y en el que, por qué no, celebrar tu boda soñada, rodeados de una exuberante vegetación y de unas preciosas aguas azul marino, organizar un delicioso picnic que incluya alguna receta con miel y canela, conocidos y efectivos afrodisíacos, o simplemente perderos dando un paseo por la magnificencia de su paisaje. Una vez terminado el paseo, puedes proponer a tu amado volver a vuestra habitación, donde le tendrás preparado una cama, llena de pétalos de rosa y con el suave aroma del incienso, para no dormir en toda la noche.
Finalmente, Isla Mauricio, en el suroeste del Océano Índico, con su fina arena blanca, sus aguas color turquesas, sus palmeras y sus cocoteros, es el entorno ideal para desconectar de la rutina y disfrutar al máximo de tu pareja. Puedes alojarte en Port Louis y visitar los más destacados espacios de la ciudad, como el Jardín Botánico, en el que ver especies vegetales de todas partes del mundo, subir a la Ciudadela de Port Louis al amanecer y ver toda la ciudad, echar un vistazo al mercado y comprar exóticas frutas y verduras típicas del lugar, o simplemente, pasear por sus calles viendo la arquitectura colonial, la criolla y la moderna, compuesta de rascacielos y novedosas construcciones.
