viernes. 26.04.2024

Y para ello, los padres juegan un papel clave en el desarrollo visual de sus hijos, no solo por acudir rápidamente a un profesional para que diagnostique un hipotético problema, sino a la hora de inculcar en el hogar hábitos saludables de higiene visual, a tener en cuenta tanto en el estudio en casa, como en el aula. 

Uno de ellos sería el uso de una lámpara de escritorio para las actividades escolares en casa, reduciendo, así, el deslumbramiento y los reflejos, y evitando el uso de luces artificiales brillantes, sobre todo cuando se esté trabajando con ordenador. Además, deberemos evitar que la luz del sol incida directamente en los ojos. También sería importante usar un atril, cuando trabajemos conjuntamente con el ordenador y el papel, reduciendo así los saltos de mirada. 

Un hábito muy saludable sería poner en práctica la regla 20-20-20, que consiste en relajar la vista 20 segundos cada 20 minutos de actividad, mirando hacia un punto situado al menos a 20 pies de distancia.  

La disposición de las mesas en lugares que no se encuentren ni enfrente ni detrás de las ventanas, evitará reflejos y deslumbramientos. Pero si esto no se puede evitar, debido a la disposición del aula o el cuarto, sería recomendable el uso de persianas. 

Para evitar la sequedad en los ojos, sobre todo en usuarios de lentes de contacto, es muy recomendable parpadear con frecuencia, así como utilizar gotas humectantes para favorecer el lagrimeo del ojo. 

Por último, y para impedir la aparición de problemas como estrabismo y ojo vago, los niños deben pasar un examen completo de visión antes de los 3 años de edad y revisiones cada 6 meses hasta que cumplan los 6 años. A partir de esa edad, es recomendable que realicen exámenes de rendimiento visual cada año por su óptico-optometrista habitual. 

Pero para que nuestro organismo funcione de manera adecuada, además de tener unos hábitos saludables y acudir a un especialista,  es clave mantener una buena alimentación. El cuerpo humano está diseñado para producir una serie de nutrientes básicos para que podamos desarrollar nuestras actividades diarias. Sin embargo, necesitamos una serie de aportes que el organismo es incapaz de generar por sí solo, obligándonos a encontrarlos en una dieta rica y variada. 

La relación entre una buena alimentación y la visión es muy estrecha, pues si no ingerimos los alimentos adecuados estaremos perjudicando nuestra salud visual. Los alimentos ricos en vitamina A resultan indispensables para mantener una buena visión. La ingesta de verduras, como la zanahoria y el brócoli; lácteos como el queso y la mantequilla; además del melón y el hígado (con el 72% de la cantidad diaria recomendada por cada 100 g) son  fundamentales para prevenir la inflamación de párpados, la aparición de úlceras o la disminución de la agudeza visual.

Por último, cabe recordar que se recomienda evitar un uso excesivo de azúcares y grasas saturadas, como dulces o bollería industrial, sobre todo en niños y niñas en edad de crecimiento. Ingerir estos alimentos en exceso perjudicaría a los vasos sanguíneos de la retina. El consumo de sal en abundancia también afecta de manera negativa a la salud ocular, pues favorece la aparición de colesterol e hipertensión y provoca un mal funcionamiento de la circulación sanguínea. 

Por todo ello,  y siendo conscientes de la importancia que tiene nuestra mirada, nada mejor que estar en buenas manos. En Ópticas 3000, situado en calle Escuelas, 48 de Valdepeñas, le asesorarán sobre cualquier aspecto relacionado con tu salud visual. Y pensando en los más pequeños, y en que comiencen el curso con buena vista, han preparado una promoción muy especial.

Uno de cada cuatro estudiantes tiene problemas de visión y no lo saben, no permitas que tus hijos formen parte de esta estadística.

 

Ópticas 3000 cuida de la salud visual de tus hijos