Desde pequeño había soñado con ir a la tierra de los Masai. Todo empezó cuando me regalaron una casete del gran Félix Rodríguez de la Fuente que hablaba de un viaje a Tanzania para ver los animales salvajes del Serengueti y del cráter del volcán Ngorongoro, además de hablar de la vida de las diferentes tribus como los masais y los samburus. Siempre recordaré su voz grave diciendo eso de “al anochecer…, las leonas acechan a sus presas en la sabana del Serengueti”.
Hace unos años puede ir varias veces a Tanzania y a Kenia y con ello cumplí mi sueño de la infancia. Tanzania es la unión de 2 territorios, Tanganika y Zanzíbar. Su capital es Dodoma aunque la ciudad principal es Dar es Salam. Es un país tranquilo, con paisajes muy diferentes en los distintos parques nacionales o reservas naturales y en contraste con una gran costa y las islas de Zanzíbar y Pemba. Los parques nacionales más visitados son los del norte del país. Arusha es la ciudad principal donde empiezan los tours de safari ya que está cerca del aeropuerto de Kilimanjaro. Los guías y conductores te recogen ahí y entonces “empieza la aventura”.
Habitualmente se visitan primero los parques nacionales de Tarangire y el lago Manyara. Ambos destacan por la gran cantidad de árboles Baobab que hay. Es la zona más boscosa y donde se concentra la mayor diversidad de animales en la época seca. Ya se empiezan a ver las primeras jirafas, elefantes, antílopes, impalas, gacelas, cebras, monos de varias clases y muchas aves, desde águilas y buitres, a las curiosas aves secretario. Y uno alucina cuando tiene delante un manada de elefantes.
Otra de las zonas protegidas de referencia en Tanzania es el Cráter del Ngorongoro, al que se sube por una carretera que empieza por la zona de cafetales que provienen de la época colonial. Se continúa por una zona boscosa y al llegar al cráter es cuando ya… te quedas sin palabras. El cráter es una caldera de unos 25 km cuadrados donde se pueden ver todos los animales de la sabana africana excepto las jirafas que no pueden bajar por las laderas del volcán. Los hoteles que están en la zona alta de la ladera tienen unas vistas espectaculares.
Y el gran parque nacional de Tanzania es el Serengueti, que continua en Kenia al norte y allí lo llaman Masai Mara pues lo atraviesa el rio Mara. Donde los cocodrilos esperan a los ñus para zampárselos durante el cruce del cauce del río durante su migración anual.
Este gran territorio del Serengueti sí que es el África soñada y tantas veces vista en los documentales de la 2. Es pura sabana africana que significa “gran espacio abierto” en suajili. La grandiosidad del Serengueti impresiona por si sola, con los pequeños bosquecillos de acacias donde ramonean las jirafas, las planicies donde rumian antílopes, ñus, búfalos, gacelas, etc. los Kopys (grandes rocas solitarias) donde se suben a descansar los leones. Y luego, de repente, el guía te pide que mires a lo lejos para ver un guepardo agazapado esperando para cazar su presa o un rinoceronte.
Lo más espectacular es ver la gran migración de cebras y ñus que suben en mayo/junio a los pastos más verdes cuando empieza la temporada seca. Entonces hay en movimiento 2 millones de animales y el espectáculo es digno de ver. Puedes quedarte rodeado de animales sin poder avanzar por la carretera.
Y además, siempre veremos a los Masais. Ahí están ellos, orgullosos y altivos, con sus mantas rojas con cuadros negros y manteniendo sus costumbres y cultura ancestrales. Dicen que los masais descienden de una legión romana que salió de Egipto hacia el sur y se perdió. Por eso las facciones de sus caras son más finas que las de otras tribus locales, usan ropas de color rojo principalmente y portan una espada corta como la de los legionarios romanos, pero esto es una leyenda.
Se puede visitar un poblado Masai o Manyata donde construyen sus cabañas de barro mezclado con bosta de vaca y paja. Las colocan en círculo y el poblado lo rodean con ramas de acacia para que no entren los animales salvajes. Te reciben con los bailes que hacen para demostrar quien salta más y así demostrar su valor. Te hablan de sus costumbres, te enseñan sus bailes y la artesanía que fabrican. Es una visita un poco preparada para el turista pero es muy interesante. Sobre todo ver las caras de los niños es una satisfacción.
Otra cosa interesante de ver en Tanzania es la Garganta de Olduvai. donde se descubrió el famoso cráneo de australopitecus que llamaron Lucy por la canción de los Beatles. Hay un pequeño museo donde explican las excavaciones en la llamada “cuna de la Humanidad”.
Un viaje de safari (viaje en suajili) por Kenia y Tanzania es una experiencia increíble para personas de cualquier edad. Desde los niños a los más mayores van a disfrutar viendo los animales a unos metros del vehículo. Los guías tienen una vista experta y te enseñan todos los animales que se pueden ver y paran el tiempo necesario para tomar fotos. Se hace uno o dos safaris en cada parque o zona de protección. Y son, sobre todo, al amanecer para ver más animales.
Hay que llevar calzado cómodo, aunque no es que se camine mucho, y ropa de algodón. Y, aunque parezca lo contrario, no hace un calor excesivo ni en la época más seca. De todas formas los hoteles tienen piscina para que, al terminar los safaris, uno se pueda dar un buen baño. Lo más recomendable es ir a un campamento de tiendas de campaña con todo lujo de detalles, al estilo de los que se ven en la pelis clásicas de África. Y donde se come genial.
Otras cosas interesantes que se pueden hacer, esta vez en Nairobi capital de Kenia, es visitar la casa museo de Karen Blixen, la escritora de Memorias de África y también se puede ir a comer un buen bistec de carne de cocodrilo en el famoso restaurante Carnivore.
Espero que te haya gustado esta visión de unos de los mejores destinos donde he estado.
Y ya sabes “viajar es la única actividad que cuesta dinero pero vuelves más rico”
