Admite que es diferente al invierno porque hay una diversificación de las salas ante la gran afluencia de niños. “No vienen a hacer deberes como durante el curso, sino a llevarse libros; hay muchísimo préstamo”. Sumando julio y agosto, se anotaron más de 2.000 préstamos y una asistencia total superior a los 1.500 usuarios. “Es un número muy alto para tratarse de julio y agosto”. En verano hay más préstamo infantil y en invierno más para adultos. “Están a tope en invierno; en la de adultos estudiando y en Internet vienen a hacer trabajos”.
La idea es ampliar horario también en mayo y junio del próximo año, pensando en los exámenes finales. “Me lo pidió el alcalde y quiere cumplir esa promesa electoral”. Pero también responde a una demanda ciudadana. “Los usuarios nos piden ese aumento de horario”. En cuanto al tipo de préstamo, en verano se alarga más, tal vez por el tipo de estación. “Pasa de 20 días en invierno a 40 en verano, de media”.
La Biblioteca Municipal no tiene un perfil de usuario definido. Acuden hombres, mujeres, niños y jubilados casi por igual. La sala de estudio suele llenarse de gente de mediana edad y de estudiantes que preparan oposiciones o asignaturas pendientes; también por la zona Wi-Fi muchos llegan con su portátil. Llama la atención el cambio en los gustos de los pensionistas.
Las mujeres leen más que los hombres, claramente. Ramona Serrano cifra esa diferencia en un 25 por ciento. Sin embargo, los niños leen más que las niñas. “La mujer ha evolucionado muchísimo en los últimos años y desde que ‘despertó’ leen bastante”. Un buen ejemplo es el Club de Lectura. Empezaron dos o tres hombres, pero al final sólo han quedado mujeres.
