Los actos comenzaron en la noche del sábado con la misa en la puerta de la ermita del Calvario, ante la imagen de la Virgen de las Angustias en su carroza, bellamente engalanada. Ofició el párroco de San Juan Bautista de la Concepción, Manuel Infante, mientras el coro de la Iglesia de Santa María se ocupó de la parte musical. Asistió a la celebración el alcalde, Luis Díaz Cacho, junto a varios concejales de los grupos socialista y popular, y representantes de otras cofradías y hermandades. En el ofertorio se presentaron objetos al celebrante, interviniendo asimismo diferentes miembros de la Junta Directiva de la hermandad organizadora.
Las celebraciones más lúdicas tuvieron lugar en el entorno de la pequeña ermita. Las verbenas estuvieron amenizadas por el Dúo Diaman, Salsa Flamenca y el coro y rondalla Santa Cecilia. El público pudo disfrutar de servicio de repostería y terraza, y los niños de un castillo hinchable. La barra fue gestionada por la propia hermandad, lo que supone un plus de recaudación, aunque también trabajo extra para los directivos. En este sentido, la presidenta de la hermandad, Paloma Reinoso, dio las gracias a sus directivos, y también a los costaleros y capataces, que se implicaron de lleno.
En cuanto al ofrecimiento y puja, la cofradía sacó a subasta gran variedad de objetos y productos, entre ellos los dulces, que la gente pujaba con facilidad. De hecho, se acabaron las bandejas de flores y fue necesario cocinar hornadas nuevas casi sobre la marcha. En otros ofrecimientos, destacó un marco de esparto o el cuadro de la Virgen, por el que se pagaron 105 euros. La novedad fue el cambio de ubicación del escenario, colocado en la parte contraria a la ermita. Según la presidenta, resultó y no resultó, ya que era más pequeño y tenía tantas ventajas como inconvenientes.
El dinero recaudado irá destinado al guardapasos, que podría comenzar a construirse pronto, una vez esté acabado el proyecto de obra. Pero también está previsto restaurar la imagen titular de la Virgen de las Angustias.
