La respuesta de la gente fue excelente y el pueblo volvió a ser solidario con Cáritas. Por eso, el director local, Antonio Naranjo, sólo tenía palabras de agradecimiento por la gran colaboración recibida. La recaudación obtenida en las nueve mesas petitorias llegó a los 4.485, 65 euros, con un descenso de 222 euros con respecto al año pasado, si bien la diferencia no ha sido tanta porque también se ha contabilizado una “beca pendiente” de otros 200 euros más.
La cantidad obtenida vendrá muy bien para socorrer las necesidades básicas de muchas familias. Naranjo ha indicado que cada vez hay más demanda de personas necesitadas en la localidad. Hay muchas dificultades a la hora de hacer frente a la alimentación, las medicinas, el agua, la luz,.. y otros gastos elementales.
El director local de Cáritas Interparroquial también destacó el hecho de haber recibido la primera beca pendiente con la que ayudarán a alguna familia en situación de apuro. Se trata de favorecer a estas personas con dificultades e incluirlas en la sociedad, con el objetivo de dignificar a esta gente. Los beneficiarios desempeñan distintas funciones en diversos talleres, lo que favorece su autoestima y permiten su integración social. Así lo aseguró Antonio Naranjo, deseando el aumento de este tipo de ayudas en estos tiempos difíciles. Además, ronda la idea de abrir otro taller más, aunque será después del verano porque ahora se ralentiza todo y sólo permanece abierto el servicio de acogida.
Desde Cáritas, apelan a la solidaridad de los solaneros para ayudar a los más desfavorecidos, con el convencimiento de que revierta pronto esta situación que afecta a tantas familias.