El Quijote llegó a América en 1607, tan sólo dos años después de su publicación y rápidamente la novela fue muy conocida y sus personajes famosos, representándose en obras de teatro. Cargamentos de libros llegaban en los barcos y los pasajeros los leían durante el trayecto, haciendo que el Quijote “arraigara profundamente en América hasta convertirse en parte de la tradición cultural hispanoamericana”.
“El mito cervantino llegó también con la tradición oral y Don Quijote y Sancho se le escaparon de las manos a Cervantes. Don Quijote es una realidad que supera a Cervantes, un mito universal que va más allá de las fronteras del idioma”, asegura Triviño, quien sostiene que “tanto el Quijote como Sancho fueron vitales en la construcción de la identidad de los pueblos iberoamericanos”.