Los senderistas contemplaron el río Montoro, antes de adentrarse en el túnel de un kilómetro en el que tuvieron que sacar las linternas encontrando al otro lado las minas del Horcajo, en las que se demuestra el declive de un pueblo minero, con ruinas de castilletes mineros, paredes destrozadas de viviendas obreras y tejados hundidos en edificios públicos.
Añaden los senderistas que es digno de mencionarse y visitar el Nacedero, La Estación, el Túnel, el Monumento a los Niños Perdidos y especialmente destacables la Iglesia de San Juan Bautista y los restos de los castilletes de mina, mientras que hacia las afueras están también el cementerio, el polvorín y la antigua central eléctrica.
Subiendo por el camino antiguo se encuentra el monolito a los niños perdidos, una historia de la España negra y bajando al collado se disfruta de las vistas del Valle del Escorialejo, pasando por debajo de las vías del Ave y llegando al lado del río Montoro. Llevándolo hasta el final de la ruta, rodeados de multitud de arroyos y bosque.
Al final de la ruta todos los participantes compartieron una comida, comentando en el transcurso de la misma los paisajes y la historia que habían contemplado a lo largo del desplazamiento realizado.
