Según han señalado en una nota de prensa los organizadores, ha sido una de las rutas más duras que han realizado, por los kilómetros y por el desnivel realizando un recorrido de 23 kilómetros y 700 metros de desnivel por el río Borosa que señalan tiene una belleza indescriptible.
A los asistentes les sorprendió la inmensidad del pantano del Tranco, sus sierras abruptas y la mucha vegetación, donde pudieron ver algunos ciervos y ardillas, acompañándoles la lluvia al inicio de la ruta.
Caminaron hasta el nacimiento del río Borosa, contemplando cascadas, vegetación de ribera, aguas cristalinas, hasta que llegaron a la Cerrada de Elias, con sus pasarelas sobre el río, que señalan es uno de los tramos más bonitos, continuando después la ascensión hasta la central hidroeléctrica, donde hacen aparición las rocas calizas, con cuevas, cascadas, grandes farallones.
Desde la central iniciaron la subida más dura hasta los túneles que atraviesan la montaña, para llegar hasta el nacimiento del río Borosa o Aguas Negras, como le llaman cuando nace.
La comida la realizaron a la vuelta, disfrutando más de los pasajes, al ir bajando ya algo más relajados.