El patio de la Escuela de Música acogía la celebración de esta velada en la que la gastronomía y la música tienen un importante papel. Para comenzar y mitigar el frío, se degustaron las típicas tortillas de San Antón acompañadas de chocolate caliente. A medida que avanzaba la velada, los dulces dieron paso a los asados de chorizos y morcillas en la lumbre.
La velada estuvo amenizada por la rondalla de la asociación, que interpretó canciones populares cargadas de picaresca animando a los asistentes a cantar coplillas y a bailar alguna que otra jota.