“No me he presentado, a mí me han ido a buscar”, manifestó María Dolores Alhambra nada más acabar la asamblea. Eso sí, añadió que inicia este mandato “con mucha ilusión” y lo dedica a tres personas que ya no están entre nosotros, “en especial a mi madre”. Admite que ha influido la devoción que su familia siempre ha tenido hacia la Virgen de las Angustias y su condición de costalera durante seis años.
Aún no se plantea retos concretos, aunque ideas no le faltan. “Primero tengo que hablar con mis compañeros, seguir con los proyectos actuales y afrontar otros nuevos”.
María Dolores Alhambra sustituye a Paloma Reinoso, que se va contenta con su labor, aunque con un punto de nostalgia. “Me va a costar porque echaré de menos el gusanillo”. Afirmó haber trabajado muy a gusto “con gente que me ha dado mucho”.
La Junta General llenó el aula San Juan de Ávila de la Casa de la Iglesia y no estuvo exenta de polémica con algún reproche cruzado por algún problema en el cobro de las cuotas. El consiliario, Jesús Navarro, tuvo que intervenir para atemperar los ánimos, pidiendo comprensión. Finalmente, los hermanos aprobaron todos los puntos y proclamaron a la nueva presidenta, que tomó posesión de su cargo públicamente en ese mismo momento, lo cual fue una novedad.
